lunes, 7 de noviembre de 2011

TIPNIS: Para re-pensar el Estado Plurinacional en Bolivia...



DESPUÉS DE LA MARCHA

El TIPNIS obliga a, por lo menos, repensar lo plurinacional

La Razón – Animal Político – 6 de noviembre de 2011
El Estado Plurinacional es un hueso duro de roer, de aplicar en la práctica. De cómo entiende y asume cada quien este gran proyecto político también diferencia a cada actor político. Uno de los momentos límite del Estado Plurinacional sin duda ha sido el TIPNIS y la forma de encararlo.

Hace dos meses, el 11 de septiembre, Animal Político había adelantado que el conflicto por el TIPNIS era algo más que una carretera: allí se jugaba —aún se juega— el Estado Plurinacional y el “proceso de cambio”. Mal que bien, en esa “selva” se iba a ver cuánto de cierto, denso y consistente era, es, el Estado Plurinacional.
Palabras más, palabras menos, en esa edición, el ministro de la Presidencia, Carlos Romero, hacía una crítica al “desarrollo estanco”, aislado, al que tiende el territorio indígena; al desafío que tienen el Estado y los pueblos indígenas de integrar esos territorios al desarrollo nacional y que ellos no se conviertan en “archipiélagos”.
Ya son tres semanas desde que el presidente Evo Morales cedió a la demanda indígena de prohibir la carretera por el núcleo del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) e ir más allá todavía: declarar “intangible” dicho territorio.
Algo definió, sin duda, el TIPNIS y su inesperada resolución en el mundo en chiquito (la “economía concentrada”) que es la política nacional. Algo cambió —se puede decir— en vista del resultado general de las elecciones judiciales del 16 de octubre y su inédito “mita a mita” entre los votos válidos y los votos nulos.

FISURA. Al Movimiento Al Socialismo (MAS) el TIPNIS le removió el piso, de manera leve, da a entender el senador Adolfo Mendoza. Hasta la rajadura, complementa abiertamente el sociólogo Raúl Prada, ahora disidente de ese partido político.
El resultado inmediato para el oficialismo, se puede decir, es la reunión de diciembre. Allí, el objetivo es repensar nuevamente el bien común, profundizar el “terriblemente polisémico” (de múltiples sentidos) concepto del Estado Plurinacional, como percibe Mendoza, quien para nada  quiere hablar de “reconducción” (el término introducido por los “resentidos” del vicepresidente Álvaro García Linera), sino más bien “una conducción distinta para la implementación de la Constitución en esta fase de construcción del Estado Plurinacional”.
NONES. Para Prada, el TIPNIS puso de la manera más cruda (el retroceso del Presidente en un viejo anhelo suyo, incluso contra su base cocalera) el debate sobre la “reconducción” del proceso de cambio.
Éste está convencido —“un hecho confirmado”, dice— de que la decisión de vetar la vía por el TIPNIS fue una determinación en solitario del Mandatario, “contra su gabinete, contra el Vicepresidente y con apoyo del canciller David Choquehuanca”.
Por eso —señala— se puede hablar de una verdadera “fisura” en el MAS. “Yo creo que el Presidente ha visto el peligro, que si quiere sobrevivir va a tener que encabezar él la reconstrucción del proceso junto a las organizaciones sociales; la próxima crisis ya no sobrevivirá ni el propio Jefe del Estado”, especula el sociólogo.
No es que la “reconducción” vaya a iniciarse en la reunión convocada para diciembre por el Gobierno, sino que ya está en curso, insiste Prada: ya las organizaciones sociales están discutiendo qué es lo que ha pasado con el TIPNIS y qué hacer ahora.
Para Mendoza, en cambio, la crisis provocada por el TIPNIS (que sobre todo es una “condensación de la política”), si bien comprende tensiones, sobre todo plantea oportunidades: “Porque la sociedad se muestra desnuda a sí misma en el espejo. A partir del (conflicto) como posibilidad del conocimiento, de autoconocimiento, éste aparece como una oportunidad para discutir los grandes temas”.

ESPERANZA. Pero si hay quien festeja, aunque de manera muy recatada, es la oposición; “las oposiciones”, como insisten al unísono sus representantes.
Para el Movimiento Sin Miedo (MSM), en palabra de la diputada Marcela Revollo, el mayor quiebre ocasionado por el TIPNIS es la ruptura dentro del “bloque popular hegemónico” que sostuvo al MAS hasta ahora. “El eje ahora es el diálogo entre sectores medios urbanos populares con los indígenas, sin la mediación del MAS”, afirma la asambleísta.
Ahora la pelea, dice, es por arrebatar, “recuperar” el “sentido amplio” de la construcción del Estado Plurinacional, fuera de la apropiación que hizo de éste el MAS; sacar fuera lo plurinacional de la pretensión del MAS del “partido único”. El MAS cree que la reunión de diciembre será la tabla de salvación —afirma— cuando el verdadero “debate público” ya se dio, se está dando, con el conflicto del TIPNIS. Lo que saldrá de la reunión de diciembre a lo sumo será la agenda del entorno masista, dice.
Para Unidad Nacional (UN), en voz de su líder, Samuel Doria Medina, lo más significativo que dejó el TIPNIS es que el Gobierno ya no representa ni al cambio ni a los indígenas, al Estado Plurinacional.“Con el conflicto del TIPNIS ha quedado claro que Evo está en contra del Estado Plurinacional; cuando ha tocado ver un tema concreto de la Constitución (el territorio indígena), el Ejecutivo ha ido en contra de la propia Carta Magna, contra la forma de vida de los indígenas del TIPNIS”. 
En lo relativo a la agenda de diciembre y sus promesas, el dirigente dice que el problema no es otra agenda, sino que, por un lado, el MAS cumpla la inconclusa (la industrialización del gas) y que cambie la forma de conducir el proceso.
Por su lado, el senador Bernard Gutiérrez, de la agrupación Convergencia Nacional (CN), el TIPNIS antes que el mero desgaste del MAS, lo que trajo es su desenmascaramiento; un hecho que precisamente se tradujo en los votos nulo y blanco de las elecciones judiciales.
Insistiendo en que el voto nulo sobre todo es un triunfo ciudadano, no de los partidos políticos, Gutiérrez ve en dichos resultados un “gran desafío” para la oposición. “Nos está convocando (la ciudadanía) para que asumamos la Bolivia que viene. Es nuestra responsabilidad como generación; nos está diciendo que debemos alistar un proyecto de país y de poder, que represente una alternativa seria y responsable al próximo proceso”.
Para el dirigente político, el rechazo al MAS y el Gobierno abre un práctico “proceso de transición” hacia nuevos posicionamientos políticos, un período en el que “lo viejo (el MAS) no termina de morir, y lo nuevo no termina de nacer”.
El MAS en busca de su nueva agenda
Diciembre es sólo una fecha, insiste el senador por el MAS Adolfo Mendoza, con la idea de que la nueva agenda que debe construir el sobre todo es un proceso; por eso “debe empezarse ya nomás”, destaca el asambleísta.
El TIPNIS, con todo lo doloroso que haya sido, ha abierto varias perspectivas de debate sobre cómo construir el Estado Plurinacional, varias “variables”, como le gusta decir al legislador.
Por ejemplo, señala que en el debate sobre la carretera, antes que ver si se estaba o no de acuerdo, lo saludable era cómo la gente iba “apropiándose” de la Constitución, usándola para el debate, precisamente. Otro tema que todavía marcará agenda es el modelo de desarrollo que debe seguir el país, cómo equilibrar el crecimiento con la defensa de la Madre Tierra. Aquí, advierte acaso haya que cuidarse de cierto “fundamentalismo ecologista” que fue el que distorsionó el debate sobre el TIPNIS.
Una tercera variable —apunta—  es la necesidad de “evaluar la dirección política de esta revolución política y cultural”, no sólo el quehacer de los ministros en el lío del TIPNIS o la “débil capacidad de procesar las demandas ciudadanas” (por parte del Gobierno), sino también “que la dirección política sea una dirección ética y moral que imprima una necesidad de traducirse en una elaboración renovada de la idea del bien común”. A esto responde, precisamente, el llamado del Mandatario a elaborar una nueva agenda.
Otro tema a encarar, sigue, es la necesidad de enfrentar los particularismos (los intereses de grupo) en pos del bien común.

El MSM tras la ‘oposición de izquierda’
Si hay algo peculiar en los votos nulo y blanco del 16 de octubre es que éstos no son en favor de nadie, afirma la diputada por el Movimiento Sin Miedo Marcela Revollo.
Pero sí es un “espacio fértil, creativo, amplio para construir una alternativa en el escenario del cambio; una alternativa para recuperar el proceso de cambio”, destaca la asambleísta.
Es innegable que el gobierno del MAS sigue siendo el gobierno de las organizaciones sociales, “pero ahora no de todas” las organizaciones sociales. “Éste es un gran dato... esta agenda nos está permitiendo recuperar el sentido amplio de lo que es la construcción del Estado Plurinacional”, apunta Revollo.
La dirigente del Movimiento Sin Miedo señala que la gente “ha roto el miedo”, empezando por los indígenas marchistas.
El MSM, afirma, es copartícipe en la construcción del Estado Plurinacional, y esto precisamente es la diferencia con la “otra oposición”: “la diferencia substancial es que nosotros tuvimos la claridad, el compromiso, la fortaleza y la propuesta para construir  este nuevo escenario de un nuevo Estado”.
La otra oposición, la de  la derecha, según Revollo, es la que se quedó “en la vereda de enfrente”, que desde allí torpedea todo lo que significa el Estado Plurinacional y el proceso de cambio.
El próximo debate —enfatiza— será el económico; no por nada el Presidente sugirió una próxima discusión sobre la actual subvención a los hidrocarburos. De continuar bajo la tutela masista, la reunión de diciembre sólo será para reafirmar los errores gubernamentales, dice.

UN, la urgencia de enfrentar los fallos hoy
Al igual que el resto de la oposición, Unidad Nacional cuida de no apropiarse del voto nulo y blanco de las recientes elecciones judiciales. Ni pensar en posibles secuelas en 2014: “Está usted electoralizando” el tema, retruca Samuel Doria Medina ante esta posibilidad. Lo que ahora interesa a esta agrupación política, apunta, es resolver los temas urgentes, de actualidad.
“Estamos trabajando en que no se posesionen esos jueces (electos el 16 de octubre), que no tienen legitimidad. Por otro lado, esperemos que no haya gasolinazo; el Jefe del Estado con el solo anuncio ha generado que se despierten las expectativas inflacionarias. No es problema de prudencia, sino que se trate la economía de manera seria”.
Con respecto a Unidad Nacional, un poco esquivo, el dirigente Doria Medina afirma: “Estamos trabajando para generar una alternativa porque el actual Gobierno se ha alejado totalmente del proceso de cambio”.
En relación a que la oposición política al MAS no tuviera mayor discurso que el reactivo, de mera reacción a las provocaciones del MAS, el empresario cementero dice que esto expresa una imagen falsa. “No creo que haya sido así, ha habido propuestas, alternativas que se han planteado en la Asamblea Legislativa, que el Gobierno las ha rechazado (como promover mejor las candidaturas por mérito de los postulantes al Órgano Judicial); (el MAS) no ha dejado sino la alternativa del voto nulo”.
Con respecto al debate acerca de un posible gasolinazo, Doria Medina afirma que el problema no es la subvención, sino el gasto dispendioso del actual Gobierno.

Convergencia: hacia la ‘Bolivia Horizontal’
Si la visión de la historia reciente del vicepresidente Álvaro García Linera es el tránsito del “Estado aparente” al Estado Plurinacional, la propuesta de Convergencia Nacional es ir del Estado Plurinacional a la “Bolivia horizontal”, destaca el senador de CN Bernard Gutiérrez.
Una Bolivia horizontal que supere al Estado Plurinacional “raquítico y sin institucionalidad” que tenemos hoy día, explica el legislador opositor.
Consultado acerca de la falta de un líder visible de la oposición en vista a las elecciones de 2014, Gutiérrez cuestiona la “visión caudillista” de los movimientos políticos vigentes hasta ahora en el país. La visión de que toda la vida política gire en torno a caudillos. Es esto lo que hay que sustituir por la institucionalidad en los partidos políticos, afirma.
Es lo que está empeñada en llevar a cabo la “nueva generación” política que ahora encarna Convergencia Nacional junto a otros sectores sociales. De hecho, insiste, se espera que con Evo Morales se cierre la mencionada “historia política caudillista”.
Una vez que una de las demandas ciudadanas hacia la oposición es la exigencia de un discurso diferente o alternativo al predominante hoy día, el asambleísta de CN reconoce que la tónica de cualquier discurso hoy tiene que moverse en torno o contra el Estado Plurinacional. Pero recuerda que se trata de la visión de país del MAS; un proyecto que “cautivó a indígenas, campesinos e interculturales”; pero al mismo tiempo, dice, “el Estado Plurinacional también es Sanabria (general de Policía implicado en narcotráfico), la frágil institucionalidad, autos chutos...”.

El Pacto de Unidad, el corazón partido del MAS y el Gobierno
Si hay alguna base social orgánica que ha sostenido al MAS y al Gobierno, ésta es el denominado Pacto de Unidad, la unión de cinco grandes organizaciones sociales indígena campesinas. Esta unidad es la que se ha roto, coinciden nuestros entrevistados.
El Pacto de Unidad está (estaba) conformado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia (CSCIB), la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia-Bartolina Sisa (CNMCIOB-BS),  el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), y la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB).
A la fecha, forman bloque la CSUTCB, las “bartolinas” y los “interculturales”, al frente de Conamaq y CIDOB.
El representante del Conamaq, Rafael Quispe, señala que una de las causas de la ruptura del Pacto es la diferente visión de desarrollo que mostraron, sobre todo en relación al TIPNIS, las organizaciones: “extractivista”, las campesinas, y de respeto a la Madre Tierra, las indígenas. 
Para el senador del MAS Adolfo Mendoza, lo que “lesionó” a este gran acuerdo que viene incluso desde la Asamblea Constituyente son los “particularismos” de cada uno de sus miembros. Con todo, dice, allí no hay distanciamientos, sino sólo “una pluralidad de voces sobre temas concretos”.
Para la diputada del MSM Marcela Revollo, el Pacto se rompió poco después de ser aprobada la nueva Constitución (enero 2009), “cuando mineros, cocaleros e interculturales asumieron la parte dominante y dejaron fuera a los indígenas y originarios”.
Según Raúl Prada, el TIPNIS sólo fue el punto culminante de la ruptura, que vino precedida por varias tensiones anteriores. Punto de quiebre, coinciden otros, el gasolinazo.
PERIODISTA IVÁN BUSTILLOS ZAMORANO