lunes, 24 de junio de 2013

Redistribución de escaños en la Cámara de Diputados de Bolivia






Santa Cruz, Cochabamba,La Paz y Pando reclaman más diputados, las otras regiones advierten que defenderán sus espacios.Según la CPE, el asunto está en manos del TSE.

La Razón / Paulo Cuiza / La Paz
02:46 / 24 de junio de 2013

A una semana del plazo para la entrega oficial de los resultados del Censo 2012, líderes de cuatro departamentos anticiparon que buscarán sumar escaños en la Cámara de Diputados. En los otros cinco la decisión es impedir que se reduzcan sus cupos.  El plazo para la entrega vence este 30 de junio y los resultados del censo serán la base referencial para la redistribución de escaños en esa cámara legislativa.

Los departamentos que están decididos a batallar por elevar su número de representantes son Santa Cruz, Cochabamba,La Paz y Pando, mientras que en Chuquisaca, Tarija, Oruro, Potosí yBeni la decisión es impedir que se toque su actual representación.

Datos. Actualmente existen 130 espacios: 29 escaños están asignados a La Paz, 25 a Santa Cruz, 19 a Cochabamba, 14 a Potosí, 11 a Chuquisaca, 9 a Oruro, 9 a Tarija, 9 a Beni y 5 a Pando.

La Razón entrevistó a líderes cívicos de las regiones para conocer la posición que tomarán frente a la redistribución de escaños y todos anticiparon que este asunto desatará un conflicto nacional en los próximos meses. El último jueves, el vicepresidente Álvaro García Linera pidió a los legisladores combinar “sentimientos regionales y nacionales” cuando se debata el tema.

En el caso de Santa Cruz, la prioridad es lograr mayor representación, ya que los datos parciales del censo concluyen que este departamento fue uno de los que más creció poblacionalmente. “Vamos a luchar porque se le dé a Santa Cruz lo que le corresponde. Se debe redistribuir los escaños en función a la población”, anunció el presidente del Comité Cívico de esa región, FernandoCastedo.

En esa misma línea están Cochabamba y La Paz. El presidente del Comité Cívico cochabambino, Gunter Paz, afirmó que les corresponde aumentar sus escaños debido a la elevada migración y pidió acatar lo que elTribunalSupremoElectoral (TSE) resuelva en este tema.

“Qué tal si 50.000 potosinos viven en Cochabamba, esos 50.000 necesitan tener un representante.  Lo mismo sucede con otros departamentos como Santa Cruz que recibe mucha migración”, afirmó.

El gobernador de La Paz, César Cocarico, dijo en enero que los resultados del censo no obligan al departamento a reducir escaños y, por el contrario, se debería aumentar la cantidad de curules.

Ese criterio fue ratificado el 19 de junio durante la clausura del acto “Pacto por La Paz”, donde elGobernador planteó una redistribución equilibrada, ya que el departamento “arrastra históricamente una subrepresentación”. El presidente Evo Morales reveló en enero resultados parciales del censo, según los cuales Bolivia tiene 10.389.913 habitantes, 2.115.588 más que en 2001.

En el otro frente anticipan que no permitirán que se toque su representación. “Nosotros rechazamos el censo y más aún cuando nos afectará en nuestra representación política”, anunció David Coca, presidente cívico del Beni. Milton Barón, cívico de Chuquisaca, anticipó:“Vamos a cuidar nuestra representación política, algún acuerdo tendremos que generar sobre los escaños”.

El cívico potosinista Jhonny Llally coincidió: “No vamos a permitir (perder diputados), pero no quiero adelantarme, esperaremos los datos finales del censo”. La presidenta del Comité Cívico de Oruro, Sonia Alabé, opinó que el censo no es una verdadera radiografía del país y dijo que no permitirán perder escaños. “Vamos a pelear nuestra representación. Queremos una distribución igualitaria”.

Para el cívico tarijeño Wálter Mogro, el censo fue “un show bien montado y oneroso para el país”. Por lo tanto, aseguró que esa región tampoco permitirá la disminución de su representación política en laAsamblea.

Calma. “Lo único que yo pido es tener paciencia, que el Órgano Electoral haga su trabajo técnico y una vez que lo presente debatamos de una manera sana, no exhibicionista”, opinó. Según los datos preliminares del censo, Pando aumentó su población en 108%. En orden descendente, le siguen Santa Cruz (37%), Cochabamba (33%), Tarija (30%), Oruro (25%), Beni y La Paz (17), y Chuquisaca y Potosí (13%).

El 17 de junio, Morales dijo que el Gobierno no se inmiscuirá en el tema y dejó el asunto en manos del TSE, que según el artículo 146 de la Constitución es el responsable de realizar la redistribución de acuerdo con el último censo, equidad y desarrollo económico.

Pando se apoya en su crecimiento

Pando exige mayor representación política en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) amparada en los resultados del último censo, según el cual habría aumentado su población en 108% respecto a 2002. Así lo hizo saber el vicepresidente del Comité Cívico de ese departamento, Silvestre Lozano.

“Pando siempre se ha conformado con nada, pero esta vez tenemos que hablar un solo idioma y hacer de una vez que se le dé lo que verdaderamente le corresponde”, manifestó Lozano desde Pando, vía teléfono.

Esa región cuenta actualmente con cinco representantes en la Cámara de Diputados y cuatro en la Cámara de Senadores; es decir, un total de nueve asambleístas nacionales.Pando tiene la cifra más baja de diputados en laCámara Baja en relación con los otros ocho departamentos y por ello Lozano advirtió que se hará el esfuerzo por unir a opositores y oficialistas en una misma demanda: la de conseguir para esa región más diputaciones.

Según los datos preliminares del censo, la población de Pando subió de 52.525 (2002) a 109.173 (2012) habitantes, es decir, un 108%. “El Gobierno tiene que respetar lo que nosotros pidamos”, dijo Lozano.

Surgen dos propuestas para la reasignación

Una reforma constitucional para ampliar el número de legisladores en la Cámara de Diputados o la asignación de cuatro diputados fijos por departamento como base para la reasignación de escaños, son las propuestas planteadas por los comités cívicos de Chuquisaca y Cochabamba como fórmulas para evitar que la redistribución de escaños derive en un conflicto nacional.

“La Constitución puede ser objeto de una reforma y se podría subir el número de representantes.  Habrá también que ver otros tipos de criterios (para la redistribución de escaños) como históricos o de solidaridad”, dijo al respecto el presidente del Comité Cívico de Chuquisaca, Milton Barón.

Diputados. Otra idea contra los posibles roces regionales por la reactivación de los escaños parlamentarios es la del Comité Cívico de Cochabamba. La misma —según su presidente, Gunter Paz— plantea una designación base de cuatro diputados fijos por departamento, al igual que en el Senado, donde cada región posee un número de cuatro asambleístas.

“Nosotros nos permitimos ensayar algunas fórmulas. Una de ellas, interesante y equilibrada, es que cada región tenga cuatro diputados y el resto (para alcanzar el número de 130 que fija la CPE) que se distribuya estrictamente en función de la población”, explicó.

La vocal del Tribunal Supremo Electoral, Dina Chuquimia, aseveró que esa instancia no recibió hasta el momento (jueves) ningún planteamiento de alguna instancia cívica o partido político con respecto a la redistribución de escaños parlamentarios.

 




La resolución del problema en manos del TSE causa dudas. Chuquisaca y Cochabamba plantean salidas salomónicas y el pacto fiscal se abre como otro escenario de conflicto.

La Razón / Paulo Cuiza / La Paz
02:43 / 24 de junio de 2013

Cívicos de al menos cuatro departamentos expresaron su desconfianza en el Tribunal SupremoElectoral(TSE) y los resultados del Censo 2012, ante el inicio del debate sobre la redistribución de escaños. Ante ello, el TSE respondió que se limitará a cumplir el papel que le manda la Constitución Política delEstado (CPE) en este asunto.

“No hay confianza, no hay credibilidad en estos organismos”, opinó el presidente del Comité Cívico de Tarija, Wálter Mogro. Su similar de Potosí, Jhonny Llally, dijo quela redistribución de escaños no debería ser atribución exclusiva delTSE.

“No puede ser que el Tribunal asuma esta decisión, aquí hay presencia del oficialismo; por el contrario, debería haber un diálogo nacional para resolver el tema de la redistribución”.

Ante las observaciones, el vocal y expresidente delTSE Wilfredo Ovando afirmó que el ÓrganoElectoral sólo aplicará lo que manda la Constitución al respecto y afirmó que en la redistribución de escaños no aflorará ningún sentimentalismo de los vocales hacia sus departamentos.

Susceptibilidad. “Entiendo que el tema genere susceptibilidades, pero la población debe estar segura de que nosotros vamos a actuar correctamente”, dijo Ovando. ElCenso 2012 y sus resultados, aún no oficializados por el Instituto Nacionalde Estadística (INE), fueron también observados por los cívicos, que tildaron al proceso como ilegítimo y desorganizado. “No refleja el crecimiento demográfico real de Tarija”, dijo Mogro. “Para nosotros los datos finales del censo pueden ser oficiales, pero no legítimos. Muchas personas que viven en Santa Cruz no fueron registradas”, aseveró el cívico cruceño Fernando Castedo.

“Tenemos declaraciones de ciudadanos que dijeron que nunca pasaron por su casa”, reclamó a su turno el cívico beniano David Coca y recordó que pidieron a su Brigada Parlamentaria un pronunciamiento oficial rechazando los datos del censo.

Al contrario, Gunter Paz, presidente del Comité Cívico de Chuquisaca,  afirmó que lo que dictamine elTSE debe ser acatado. El último miércoles el INE confirmó que los resultados finales serán presentados a fin de junio, aunque ya se revelaron datos preliminares.

Diálogo y consenso nacional

La apertura de un debate y diálogo nacional que incluya a políticos, organizaciones e instituciones, como la mejor ruta para resolver el tema de la redistribución de escaños, cuenta con el apoyo de casi la totalidad de los cívicos.

Pacto fiscal, el otro escenario de conflicto

Otro escenario con posibilidades de conflicto tras conocerse los resultados del censo es el del pacto fiscal, es decir la reasignación de recursos económicos, según coincidieron los cívicos entrevistados por LaRazón. El tema fue abierto tras la promulgación de la Ley Marco de Autonomías en 2010. En enero, el ministro de Economía, Luis Arce, aseguró que el Gobierno esperará los resultados del censo para analizar y debatir la nueva redistribución de los recursos por coparticipación tributaria.

Según el presidente del Comité Cívico de Cochabamba, Gunter Paz, el pacto fiscal es un “tema pendiente” que debe ser abordado por una serie de sectores. “Hoy, hay una distribución tremendamente asimétrica de los recursos económicos”, dijo.

“Necesitamos reglas claras, Tarija no puede continuar entregando sus recursos”, alertó por su parte el cívico tarijeño Wálter Mogro. “Es una pelea que va a tener que comenzar una vez que se conozcan los resultados finales del censo”, complementó David Coca, presidente del Comité Cívico de Beni.

La Ley autonómica, en su disposición transitoria décima sexta, señala que el Servicio Estatal de Autonomía (SEA)y el Ministerio de Economía elaborarán una propuesta técnica de diálogo de pacto fiscal, y que ésta deberá ser presentada en un plazo no mayor a seis meses después de publicados los resultados del censo.

Al respecto, la presidenta del Comité Cívico de Oruro, Sonia Alabe, dijo que el tema debería ser abordado antes de la redistribución de escaños. Silvestre Lozano, vicepresidente cívico de Pando, afirmó que el tema debería ser tratado a través de un diálogo nacional para evitar “enfrentarnos entre bolivianos”. Arce advirtió en enero que el tema del pacto fiscal se está politizando.

 

domingo, 16 de junio de 2013

La Alianza del Pacífico: la apuesta de Estados Unidos


La Alianza del Pacífico, el impulso necesario para Estados Unidos




Después de un descuido confeso de Estados Unidos respecto de América Latina, Washington retoma la iniciativa al acercarse a varios países, ‘casualmente’ con aquellos con los que tiene un TLC: los miembros de la Alianza del Pacífico.

La Razón / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:06 / 16 de junio de 2013

Estados Unidos ha perdido el espacio que tuvo en América Latina hasta antes de 2005, después de que en la IV Cumbre de las Américas, de 2005 en Mar del Plata (Argentina), se hiciera visible el desacuerdo regional sobre la implementación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). El predominio de políticas económicas estatistas como las de Bolivia, Venezuela o Argentina disminuyó aún más el peso que tuvo. Hoy, aquella potencia afianza su alianza con las naciones con las que firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC). ¿Con cuáles? Justamente las que son parte de la Alianza del Pacífico: México, Perú, Chile, Colombia y, recientemente, Costa Rica.  

Sin embargo, esa preocupación de Estados Unidos por la región se ha hecho visible en las últimas semanas con la visita de su presidente, Barack Obama, a México y su reunión con sus pares de Chile, Sebastián Piñera; de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Ollanta Humala. Además, el peregrinaje de su jefe del Departamento de Estado, John Kerry, por América Central, y el del vicepresidente Joe Biden por Brasil.

Con distintos matices en el modo de afirmarlo, los analistas Róger Cortez, Horst Grebe y Hugo Moldiz, además del diplomático Carlos Antonio Carrasco y el senador del Movimiento Al Socialismo (MAS) Adolfo Mendoza, sostienen que, sin ninguna duda, Estados Unidos apadrina al bloque, cuyo apoyo es abierto y público.

En contrapartida, el exvicecanciller Gustavo Aliaga y el expresidente de la Cámara de Senadores Óscar Ortiz consideran que esa organización se caracteriza de una u otra manera por hacer comercio ajeno a la política y cercano a la eficiencia.

En agosto de 2011, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que su nación se había centrado mucho “en su obsesión con Irak” y había descuidado a América Latina. En marzo de 2012 se firmaba el texto que daba a luz a la Alianza del Pacífico. Todo esto se daba en el contexto de la progresiva languidez de la Comunidad Andina (CAN).

A partir de ahí, Washington contraatacó en su afán de enmendar su “descuido”: Obama fue a México recientemente y firmó acuerdos con Chile, entre los que destaca la facilidad que otorgó a ciudadanos chilenos de ingresar a su país sin requerir una visa.

“Es evidente que la política exterior americana ha impulsado la formación de la Alianza del Pacífico”, dice Carrasco. En su criterio, la Alianza del Pacífico comenzó “tímidamente” con la asociación de México, Colombia, Perú y Chile, “excluyendo notoriamente a Ecuador, país ribereño del Pacífico”.  Dice que hoy ha ampliado su membresía a Costa Rica y existe “la solicitud expresa de Estados Unidos de ingresar al grupo”.

Cortez atenúa la afirmación al decir que en realidad aquel bloque es la ratificación de asociaciones previas de Estados Unidos con los países miembros. “Quienes conforman la alianza tienen una trayectoria anterior de mayor apertura y facilidad de relación con Washington”.

Por su parte, Grebe, al apuntar que hay una reorganización integral de las organizaciones de comercio de la región, señala que la Alianza del Pacífico es “lo que ha podido permanecer del ALCA” y está formada por países que tienen una “visión de apertura de mercados contraria a la del Mercosur, más bien subregional”. “Tienen una clara conexión con Estados Unidos, que no es sólo ideológica, sino a través de los TLC que tiene con sus componentes”.

Moldiz, en otros términos, parece hablar de esa misma reorganización que menciona el economista, aunque él se refiere a América Latina como “un territorio de disputa entre propuestas emancipatorias y el sistema de dominación imperial”. El nuevo bloque surge “tras el fracaso del ALCA, es la contraofensiva” de Washington “que empieza en 2011”, cuando se posiciona la idea de la alianza con una primera visita de Obama a Chile.

Una visión similar es la del senador Mendoza, quien sostiene que aquélla “inaugura” un Tratado de Libre Comercio, que es la “reedición” del ALCA y que “recicla, tardíamente”, las políticas neoliberales de los años 80 y 90, con la “tutela norteamericana”. Estos variados enfoques apuntan a afirmar que Estados Unidos se ampara en la Alianza del Pacífico tras “descuidar” la región, tal como admitiera el mismo Obama.

En la contracara están Ortiz y Aliaga. El primero confirma el retroceso de Estados Unidos en América Latina en los últimos años, pues “sus prioridades” regionales pasaron “a un plano secundario” a causa de las guerras en Irak y Afganistán, su crisis económica interna, la crisis económica europea” y la definición de que la economía mundial tiende a concentrarse en el Asia Pacífico.

¿Eficiencia? Tanto para Aliaga como para Ortiz, la Alianza del Pacífico en realidad responde a la necesidad de agruparse de los países “económicamente más eficaces”. “Reducir la alianza a un intento de rearticular la influencia de Estados Unidos en América Latina responde a un supuesto equivocado”, pues “nos encaminamos” hacia una economía “multipolar”, donde las naciones que quieran crecer en la economía internacional “deben establecer relaciones de profunda integración” con las economías del Pacífico y “en particular” con China, India y el sudeste asiático, opina Ortiz.

“Creo que ésta es la visión de los miembros que componen esta alianza, lo que trasciende la disputa entre el Alba (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y el capitalismo que tiene efectos de política interna en algunos países, pero que es totalmente irrelevante en la economía mundial”, afirma. Aliaga señala que el ente regional responde a una “realidad geográfica”. El planeta se va a desarrollar por el Pacífico, lo que “marca una actitud de los países hacia esa costa”.

“Son un grupo de naciones eficientes que básicamente quieren desarrollar sus naciones en un lugar donde puedan vender todo lo que produzcan”. No tiene nada que ver “con el imperialismo, sino con la eficiencia económica”.

Bloque. Sobre la supuesta conformación de dos frentes —el de la Alianza del Pacífico versus los países del Alba, el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)— (si bien hay algunos que pertenecen a ambos) se ha desatado un debate en el periodismo de opinión de la región que supone la existencia de dos “frentes” contrapuestos, de dos modelos de política económica.

“Aparentemente”, la Alianza nació “primordialmente para aunar esfuerzos en la batalla” por los mercados del Pacífico”, dice Carrasco, quien considera que su mandato, no obstante, se ha ensanchado “a la arena política” con mayor cohesión que el Alba. Éste último organismo es “muy proclive a los discursos quiméricos”: por ejemplo, la Alianza “abrirá embajadas en Ghana y en Kenya”, que funcionarán representando colectivamente a los cuatro países fundadores”.

En realidad —sigue— hay “tres focos” en la región, pues aparte de Unasur y la Alianza del Pacífico, “está Brasil”, que “no requiere” agruparse para ser más grande y lleva adelante su propia política exterior “acorde con su interés nacional”.

Para Mendoza, el grupo de Chile, Perú, Colombia y México se origina para contrarrestar al Mercosur y “hacer frente” a las naciones que operan con “otra lógica”, sin el “tutelaje” de ningún país para vincularse con otras economías. Estados Unidos está “tratando de generar un bloque”, afirma.

Cortez, en cambio, ve la imposibilidad de tal intento, aunque observa que en Chile y Colombia existe el deseo de “dirigirse en esa dirección” por cierto peso “ideológico”. No considera que la Alianza del Pacífico tenga “condiciones y posibilidades” cercanas de perfilarse como “bloque” en la medida en que si la contrapartida es la Unasur, Brasil y Argentina tienen un significado que no encuentra correlato en lo que podría ser “una presencia de bloque” de la alianza, cuyo miembro más importante es México. “No hay paralelo posible con lo que significa Unasur”.

Con un razonamiento del todo distinto, Ortiz tampoco cree que se pueda hablar de dos frentes, “porque Colombia, Chile y Perú son parte de Unasur”. Lo que hay “son distintas orientaciones de políticas económicas y sociales al interior de Unasur”. Luego describe brevemente las características económicas de los países de América del Sur: Brasil y Uruguay tienen gobiernos de “izquierda moderada” integrados a la economía internacional y ofreciendo “excelentes condiciones a la inversión internacional”; Colombia, Chile, Perú y Paraguay, “economías abiertamente de mercado”; y Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela, “economías fuertemente estatistas”, aunque en el caso de Ecuador “hay mucha retórica” pero poca diferencia con relación a las políticas de mercado.

Quizá —arriesga Carrasco— “sin proponérselo” la idea de construir el ALCA “ha renacido” con la Alianza del Pacífico: establecer una vasta zona de libre comercio con partidarios de “la economía social de mercado”. Evidentemente, “una alianza fortalecida con el decidido apoyo americano”, de sus vínculos comerciales y de “la comunidad de sus poderosos servicios de Inteligencia (incluyendo la intercepción de comunicaciones en la red)” servirá “de eficiente contrapeso” a los esfuerzos antagónicos de Unasur y, dentro de ella, “a la hostilidad de los socios del Alba”.

Bolivia. En el país se han escuchado voces críticas a la cerrazón del Gobierno a adherirse a la Alianza del Pacífico. También se ha dicho que ese organismo es una traba a las aspiraciones nacionales de una salida soberana al océano del mismo nombre. Asimismo, la nación fue invitada por Perú a tener un rol activo en la Alianza del Pacífico, pero el llamado fue rechazado por Evo Morales.

Aliaga se acerca a esa percepción: “Bolivia está en una distracción” —dice—, Perú y Chile “se darán” la mano “económicamente” después del fallo de La Haya y “es lamentable que el país no entre en el acuerdo”.

En cuanto a la demanda marítima, Cortez considera que más que aquel bloque, el enemigo principal son las “torpezas” evidenciadas en ciertas declaraciones oficiales, como cuando Morales hace pública su fascinación por el “autoritarismo militar”. El analista se refiere a cuando el Mandatario habló de “flexibilizar” los derechos humanos para una “mejor instrucción en el Ejército”.

En contraste y a modo de conclusión se puede tomar la declaración de Carrasco sobre este tema. El “adversario principal” en la batalla que se libra ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya —afirma— es Chile y en esa perspectiva “deberá orientarse la diplomacia boliviana”, dejando de lado cualquier “romance ideológico” que perjudique la causa marítima. “Es un momento de buscar aliados y de neutralizar a los adversarios”.

‘Es la ratificación de las alianzas de EEUU’: Róger Cortez es analista político

En los países de la Alianza del Pacífico hay toda una trayectoria de apertura y facilidad de relación con Estados Unidos, entonces con el apoyo de este país a la alianza lo que hace es ratificar política y comercialmente unas asociaciones ya establecidas. Lo que dudo es que eso pueda ser una coraza duradera en las condiciones fluidas de la política mundial.

‘EEUU súbitamente retomó la iniciativa’: Carlos Antonio Carrasco es diplomático y analista

Luego de cuatro años de la administración Obama que se caracterizó por su indiferencia hacia la región, súbitamente se retomó la iniciativa, recibiendo ahora en la Casa Blanca a los presidentes de Chile y Perú. El vicepresidente americano, Joe Biden, realizó una gira por varios Estados y su canciller Kerry desplegó actividad dinámica en la Asamblea de la OEA, en Guatemala.

‘La forman un grupo de  países eficientes’: Gustavo Aliaga fue vicecanciller del país

La realidad geográfica manda. El planeta se va a desarrollar en el océano Pacífico, pues las economías más grandes están en esas costas (Japón, Indonesia, etc.). No tiene nada que ver con lo político. La alianza es formada por un grupo de países eficientes económicamente. Al contrario, Bolivia está en una etapa de distracción, es lamentable que se pierda el tiempo en adjetivos.

‘La Cancillería debería reflexionar’: Horst Grebe es economista

Hay una clara aproximación de algunos países con Estados Unidos y esa nación hace demostración de que tiene acuerdos y cooperación, ha recibido en visita de Estado a varios miembros de la alianza y, por tanto, hay una clara cooperación en marcha. Esto no es ningún secreto, por lo que la Cancillería debería reflexionar, pues en este mundo la ideología puede estorbar.

‘Sólo Bolivia toma en serio la confrontación’: Óscar Ortiz fue presidente del Senado

Es natural que Estados Unidos tenga mejores relaciones con países con los que comparte un TLC. Sin embargo, también tiene buenas relaciones con países del Mercosur como Brasil, Paraguay y Uruguay. De los miembros del Alba, el único que se toma en serio la confrontación es Bolivia, pues Venezuela y Ecuador nunca dejaron de hacer negocios con EEUU.

‘Es una amenaza seria a la integración regional’: Adolfo Mendoza es senador del MAS

La mayor afectación es a escala continental, pues altera la integración Sudamericana en el orden institucional al limitar, en el futuro, que se trabaje en función de una unión latinoamericana, al modo de la Unión Europea. Es una amenaza seria la integración. También afecta al país, pues mucha de nuestra política está orientada a ver lo que ocurre en el Pacífico.