/
Los medios de comunicación, en general, cumplieron un valiosísimo rol en la pasada elección de las máximas autoridades del Órgano Judicial y Tribunal Constitucional Plurinacional, porque contribuyeron a la creación de un escenario que facilitó la participación de la ciudadanía en esa singular experiencia de constitución democrática del sistema de justicia en el Estado Plurinacional.
Si bien algunos siguieron una línea de oposición al proceso, se impuso la tendencia de contribuir a la formación y realización de estos comicios en el marco de una participación informada, en los límites establecidos por la norma.
Los medios en la democracia y las elecciones. Desde el punto de vista de la doctrina, los periódicos, la televisión, las emisoras de radio y también los medios alternativos (banner, pasacalles, etc.) tienen una función fundamental en la democracia y en los procesos electorales. El concepto de comunicación política es decisivo para comprender adecuadamente esta contribución. Ésta vincula política y comunicación, y es definida como “la relación entre la comunicación y sus efectos sobre la política” (Colume) “toda comunicación que se relaciona con/influye en/tiene objeto/la política” (Exeni).
Consecuentemente, la comunicación política contribuye a la construcción de escenarios de participación informada de los electores en las prácticas democráticas, porque busca, por un lado, convencer y persuadir sobre el carácter del orden democrático, de sus instituciones y procesos, y, por otro, informar sobre los procedimientos de esta forma de organización política. En este sentido, contribuye a la democracia toda vez que favorece la formación de los valores de este sistema, el conocimiento de sus componentes, la identificación entre la ciudadanía y las instituciones y prácticas de la democracia.
Esta función comunicacional, si bien es una responsabilidad atribuida al Estado, sin embargo, éste no dispone de los suficientes dispositivos de comunicación como para realizarla por sí mismo, es por ello que la participación de los medios en la comunicación política para la democracia es decisiva. La Constitución Política del Estado Plurinacional establece en su artículo 107, numeral I, que “los medios de comunicación social deberán contribuir a la promoción de los valores éticos, morales y cívicos de las diferentes culturas del país (...)”. Con ello se establece la función fundamental de los medios en la democracia.
Esta contribución adquiere mayor importancia en los contextos socio-políticos-culturales marcados por experiencias autoritarias que han estimulado la formación de una cultura política no democrática. Bolivia es uno de estos casos, porque su historia política está signada por posiciones autoritarias aplicadas por gobiernos no emergentes de las urnas.
Información electoral. La importancia de los medios también adquiere relevancia en los procesos electorales. Como se sabe, esta dinámica tiene varios pasos que se deben dar para llegar al día de la votación. Por ejemplo, la etapa de la actualización del Padrón Electoral, que es la inscripción de los nuevos ciudadanos y el registro de cambio de domicilio; otra es la descripción y explicación del carácter de la elección a la que concurrirá el electorado, y, la forma de votación, entre otros. Estas tareas no podrían realizarse adecuadamente si es que no hubiera motivación de la ciudadanía, si la misma no fuera instruida en las destrezas comiciales. La autoridad electoral no puede, por sí misma, motivar e instruir, por lo que necesita del circuito medios de comunicación-ciudadanía de forma constante.
En los procesos electorales en general las organizaciones políticas contribuyen a la motivación con la realización de propaganda y campañas, actividades realizadas en los medios y en escenario público que tiene como a uno de sus efectos, motivar y movilizar a la ciudadanía, vale decir, facilitar a que acuda a las urnas el día de la votación. Estas acciones combinan elementos ideológico-políticos (el programa, las virtudes de los candidatos, etc.) e información, cuando estas entidades instruyen la forma de participación en el proceso electoral.
El régimen especial de propaganda y los medios. Las elecciones de octubre se caracterizaron por la ausencia de participación de las organizaciones políticas y de la realización de propaganda y campaña electoral. En este sentido, tuvo una comunicación política singular o que no se compara con la que se aplica en los demás procesos de la democracia representativa. Este carácter a-partidario o no partidista del proceso se justifica y explica a partir de lo establecido por la Constitución Política y las leyes 025 del Órgano Judicial, 026 del Régimen Electoral y 027 del Tribunal Constitucional Plurinacional.
En resumen, se puede señalar que estas normas mandan la constitución democrática y no partidista de las instituciones del sistema de justicia del Estado Plurinacional, a fin de tener como resultado la formación de entidades de justicia imparciales e independientes, vale decir, sin color político, no contaminadas por la controversia política que generan la propaganda y campañas electorales y la contienda por los cargos sometidos a elección popular. Éste es el bien jurídico público que se buscó proteger con la interdicción de la propaganda, las campañas y la participación partidista en los comicios.
Las orientaciones de los medios. La práctica electoral de octubre de 2011 estuvo planificada en ese marco conceptual y normativo, y bajo esas características propias de la elección judicial.
Para regular ello, la autoridad electoral elaboró un reglamento, con la incorporación de la reforma del artículo 62 de la Ley del Régimen Electoral, que básicamente abrió la posibilidad de realizar entrevistas a las candidatas y a los candidatos, bajo principios como la igualdad de oportunidades, y la condición de que los aspirantes a los cargos judiciales no realicen campaña o soliciten el voto. El comportamiento de los medios de comunicación tuvo una tendencia general, y algunas desviaciones con respecto a la misma, una vez que se dio la apertura.
Gran parte de los medios de comunicación contribuyeron a la motivación ciudadana para la actualización del Padrón Electoral, informando sobre el plazo, los casos que debían ser objeto de un nuevo registro, con entrevistas a las autoridades encargadas de la realización de esta etapa del proceso electoral y difundido productos comunicacionales. Estos medios también ayudaron al posicionamiento del carácter de la elección judicial, describiendo y explicando sus características propias y que las diferencian de los demás procesos electorales, principalmente sobre la base de entrevistas.
Aportaron a las actividades de difusión de los méritos de las candidatas y candidatos, no sólo difundiéndolos por contrato y abriendo sus espacios publicitarios, sino también haciendo entrevistas a los aspirantes a los cargos judiciales, en muchos casos en espacios estelares o de alto rating y mediante cadenas nacionales, en televisión y radio.
Frente a esta tendencia general, hubo algunos periodistas a cargo de espacios contratados, en algunos casos, y de producción propia del medio, en otros, que no realizaron entrevistas, después de haber desatado campañas para la apertura del artículo 82 de la Ley 026, lo que puso en evidencia su falta de comprensión del proceso electoral y de sus características o, su oposición al mismo. Esta actitud fue férrea, se resistió incluso a los esfuerzos explicativos que realizó la autoridad electoral. Pese a todo ello, el proceso culminó alcanzando los objetivos definidos en su planificación, lo cual se debe, entre otros factores, a aquella tendencia democrática de los medios de comunicación, entre ellos La Razón, cuya contribución fue valiosa.
No hay duda de que los medios de comunicación juegan un rol muy importante en la construcción de la democracia, y en la facilitación de los procesos electorales; sin embargo, es necesario que este compromiso se generalice de tal modo que estos dispositivos de comunicación difundan los valores de la democracia para la formación de una ciudadanía activa.