El debate de la reelección de Evo Morales plantea
la falta de otros liderazgos fuertes en el Movimiento Al Socialismo (MAS) y la
incapacidad de la oposición de hacerle frente.
La Razón (Edición Impresa) / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:00 / 24 de febrero de 2013
Lejos de la polémica jurídica y
aritmética interpretativa que plantea una posible tercera postulación de Evo
Morales a la presidencia en 2014 y una hipotética ¿primera? o ¿quizás segunda?
reelección consecutiva, las batallas argumentales sobre el tema entre los
bandos opositores y oficialistas parecen ser el síntoma de otra cosa: las
deficiencias de reinvención del Movimiento Al Socialismo (MAS) y las casi nulas
oportunidades de la oposición de hacerle, al menos, un poco de sombra electoral
en los próximos comicios electorales.
Los opositores argumentan que
su rechazo a una tercera candidatura de Morales es un acto de defensa de la
Constitución Política del Estado (CPE) que antes rechazaban: “Todos contra Evo,
el agresor de la Constitución”. Al otro lado del río, los oficialistas afirman
con desenfado: Está “por demás” consultar con el Tribunal Constitucional
Plurinacional (TCP). Mientras, los analistas Fernando Mayorga, Manuel Canelas y
Ricardo Paz coinciden en afirmar que —sobre la insistencia del oficialismo en
postular a su líder— Morales es vital al ser el único factor capaz de unificar
a la multiforme organización que es el MAS. Por tanto... “nada sin Evo”.
En 2008, para encaminar la nueva
CPE, el MAS propuso poner un cerrojo a otra reelección de Morales después de la
que ganaría en 2009, aunque el jueves la ministra de Comunicación, Amanda
Dávila, negó que haya un compromiso firmado al
respecto.
Hoy, haciendo operativa la “estrategia
envolvente”, como calificó Álvaro García Linera, el
oficialismo se encuentra aplanando el terreno para habilitar como
candidato al actual Presidente.
“Yo renuncié por la unidad del país
a ser reelecto por segunda vez, para que vean que no soy egoísta. Yo nunca me
imaginé ser Presidente… ya puedo irme al cementerio, porque ya he cumplido con
el pueblo boliviano”, dijo Morales en 2009.
El artículo transitorio que en ese
momento convenció a la oposición de dar curso a la nueva CPE dice: “II. Los
mandatos anteriores a la vigencia de esta Constitución serán tomados en cuenta
a los efectos del cómputo de los nuevos periodos de funciones”. Mientras que el
artículo 168 establece que “(La o el presidente y vicepresidente) pueden ser reelectas
o reelectos por una sola vez de manera continua”.
La semana pasada, Morales explicó
que la habilitación como candidato está amparada en el hecho de que no concluyó
los cinco años de su anterior mandato (2006-2009), por lo que no debería ser
tomado en cuenta. Además, dijo que tras esa primera gestión rige un nuevo texto
constitucional que autoriza la reelección por una gestión, que
sería la de 2015-2020.
Morales fue elegido el 9 de
diciembre de 2009 y juró el 22 de enero de 2010. La CPE entró en vigencia el 7
de febrero de 2009.
El asunto es innegablemente
jurídico, pero también político, más que todo. Detrás del debate
constitucionalista que surge después de que la Cámara de Senadores decidiera
enviar a consulta al TCP el proyecto de Ley de Aplicación Normativa, en el que
se contabiliza la actual gestión de Morales y García Linera como la primera,
también subyace el tema de los liderazgos dentro de las fuerzas políticas del
país.
“El único factor de
unificación en el MAS —de los sindicatos, movimientos
sociales y toda su base electoral— es Evo Morales”, afirma Mayorga, quien
además describe al régimen actual como uno que tiene un liderazgo “carismático”
que, a diferencia de Rafael Correa y Hugo Chávez, “está arraigado en la
sociedad”.
“El peso específico de su figura
hace que no tenga sucesores en lo inmediato, lo cual concuerda con su estilo de
gobernar, rodeado de un grupo palaciego permanente”. A esto último se suma su
posición transversal, es decir, ser el Presidente del Estado, del MAS, de la
Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam) y las federaciones de cocaleros
del trópico de Cochabamba.
Hegemonía. Más allá del
análisis jurídico, Canelas afirma que el quehacer político nacional “pibota”
sobre una persona (Morales) desde el desmoronamiento del anterior sistema
político. “Esto tiene cosas buenas como poder hacer cambios radicales sin
depender tanto de la formalidad institucional golpeada, pero también tiene sus
limitaciones”. Para este analista, el punto importante es que se reflexione no
sobre las ventajas de un liderazgo fuerte, sino sobre las desventajas.
Acerca de los antípodas del MAS,
dice que en la oposición hay “un temor” a competir contra Morales en las
elecciones. “Si se ven las últimas encuestas, el líder opositor con mayor
votación (se refiere a Samuel Doria Medina) casi concentra el 10% de
preferencia”. La frase varía y se podría decir: con Evo, nada para la
oposición.
En el otro lado de la cancha, “el
MAS es consciente de que no hay un liderazgo alternativo por la razón de que no
ha sabido estructurarse como un partido más o menos tradicional que forme
cuadros, se implante bien en el territorio o genere otro tipo de dinámicas que
permita crecer a otros líderes”, describe Canelas, quien dice que esas acciones
han estado ausentes en el MAS en los últimos años.
Hugo Moldiz, representante Político
de la Fundación Boliviana para la Democracia Multipartidaria (FBDM) considera
que detrás del rechazo opositor quieren “encubrir sus grandes debilidades para
contender con el fuerte liderazgo de Morales”. Es decir, todos contra
Evo.
Al contrario, Ricardo Paz, asesor
electoral y analista político, asegura —casi con las mismas palabras con que lo
hace Mayorga— que el oficialismo sabe “perfectamente” que Morales es el único
capaz de unificar las organizaciones sociales que forman parte del MAS. “Detrás
de toda esta parafernalia está el hecho de que sólo Evo puede unir la cantidad
de movimientos sociales y grupos corporativos que componen el partido de
gobierno. Nadie más puede coincidir con cooperativistas, transportistas,
cocaleros, gremiales, campesinos y otros. Es muy variopinto”.
Para el senador del MAS David
Sánchez, el ciclo Morales aún no ha terminado y acepta que hay un liderazgo
concentrado en el Presidente. “No habría otra opción, aunque hay líderes de
buen perfil que por la coyuntura no han tenido la oportunidad de resaltar. La
oposición tendrá que enfrentar a Evo”. El estribillo se trasforma: casi nada
sin Evo...
Por otro lado, la postura
generalizada de la oposición ante cualquier acción del Gobierno es la
“contestataria”: “rechazar todas las iniciativas del oficialismo, en este caso
la reelección. Saben que sus posibilidades electorales frente a Evo son
prácticamente nulas”, opina Mayorga.
La otra parte del
ritornello reaparece: todos contra Evo...
El senador Marcelo Antezana, de
Convergencia Nacional (CN), como respondiendo a Moldiz, que afirma que la
oposición tendría temor a enfrentarse a Morales, reclama: “Lo que se tiene que
aplicar es la CPE y su defensa. No es que le tengamos miedo al Presidente, sea
quien sea el candidato debe sujetarse a las reglas del juego”.
Hay una suerte de disputa entre
distintos focos de la oposición por ser los más radicales contra el MAS. En
criterio de Mayorga, esa actitud implica un problema de estrategia política y
hace que gaste su energía en una campaña contra la repostulación del
Presidente.
“La oposición debería manejar la
hipótesis de que Morales será candidato, discutir los desafíos que
tienen, elaborar una estrategia, decidir si irán en un frente único con
Unidad Nacional (UN) a la cabeza o no y cuál modalidad de frente será. Por otro
lado, tiene que plantear cuál será su propuesta programática, en lo cual el MAS
ya se adelantó con la Agenda 2025”, cuestiona.
Otro aspecto al que las fuerzas
contrarias al MAS deberían prestar atención —sugiere— es cómo enfrentarán las
elecciones de gobernadores en 2015 y responderse si hay que concentrarse en los
comicios electorales generales o en los territoriales.
Interpretación. Paz califica de
“misteriosa” la decisión de la Cámara de Senadores, con mayoría del MAS, de
mandar a consulta la habilitación de Morales y García Linera como candidatos a
la Presidencia y Vicepresidencia. Antes, el oficialismo decía que el Mandatario
iba a ir de candidato y que si alguien se oponía, presente un recurso ante el
Tribunal Constitucional.
El analista lanza dos hipótesis al
respecto. La primera supone que habría una “desconfianza muy grande” en la
decisión del TCP y por ello los opositores se adelantan para el caso de una
respuesta inesperada puedan reaccionar y hacer un referéndum de modificación de
la CPE. La segunda posibilidad consiste en que el MAS tiene controlado el
Tribunal, pero quiere adelantar la campaña electoral desde el momento en que dé
luz verde.
Otra interpretación, esta vez
respecto del parágrafo II de las disposiciones transitorias, es planteada por
Mayorga. “Es totalmente ambiguo, no especifica nada. No inhabilita”.
Sobre esto, los senadores
contrarios Sánchez y Antezana concuerdan; el artículo es incontrastablemente
transparente para ambos... Sin embargo, el oficialista está seguro de que
permite otra candidatura de Morales, mientras que para el opositor existe la
certeza de que lo inhabilita.
Sobre esta misma exégesis, Moldiz
sugiere una hermenéutica global de todo el texto constitucional y no sólo del
parágrafo en cuestión.
Habrá que esperar qué falla el TCP,
que ya dio señales de independencia.
El caso peruano:
Fujimori reelecto
Lo sucedido en Perú en la década de
los 90 con las tres reelecciones de Alberto Fujimori tiene similitudes con
marcados matices con el caso boliviano, sin embargo, es pertinente recordar qué
sucedió en ese país vecino.
En Perú se aprobó una nueva
Constitución en 1993. En su artículo 112, el texto autoriza la reelección
presidencial inmediata por una sola ocasión; el documento anterior (de 1979) no
lo consentía. Esa restricción impidió a Alan García (1985-1990) presentarse en
los comicios que ganaría Alberto Fujimori por segunda ocasión en 1995.
Un año antes de que el exmandatario
peruano-japonés se presentara como candidato en 1995, el Jurado Nacional de
Elecciones (JNE) consideró que, si bien había sido elegido en 1990 con el texto
magno de 1979, podía postular a la reelección, pues así lo permitía la
Constitución de 1993 y rechazó el recurso presentado por la oposición contra la
segunda postulación del exmandatario.
Años después, en 1996, salió la Ley
de Interpretación Auténtica (Ley 26657), según la cual la primera reelección se
contaba sólo a partir de 2000. Con esa norma, Fujimori consiguió postularse y
ganar por tercera vez, logrando que esa gestión sea considerada como su
segunda.
Esta maniobra, que desafía toda
lógica aritmética, fue rechazada por la oposición peruana sin éxito, pues no se
pudo evitar la tercera elección de Fujimori. Sin embargo, es sabido el
desenlace: el Chino no pudo concluir su mandato al destaparse los escándalos de
extorsión, narcotráfico y violación a los derechos humanos que lo
involucraban junto a Vladimiro Montesinos.
Presidente Evo Morales: ‘La
consulta (al Tribunal) está de más’
Esta Constitución se aplica a
partir de la elección de Evo en 2009, [...] la elección de 2009 es la primera.
[...] La consulta (al Tribunal Constitucional) está demás, no soy abogado, no
soy constitucionalista, (pero) si quiero ir a una reelección no necesito esta
consulta [...]. ¿Quién no va a entender eso? No lo puedo creer, no se requiere
ninguna consulta, ahí está clara la Constitución.
Marcelo Antezana (senador
opositor): ‘Haremos los reclamos correspondientes’
El MAS tiene miedo de trascender
como el partido que superó el caciquismo, por eso quiere forzar la
Constitución con una interpretación errónea. El mismo Presidente que propició
la CPE ahora pretende pasar por encima de ella. Habrá que aplicar el derecho de
la duda al Tribunal Constitucional. Pero no nos quedaremos de brazos cruzados,
haremos los reclamos correspondientes.
David Sánchez (senador del MAS):
‘Este ciclo aún no ha concluido’
Queda camino por recorrer con el
presidente Evo Morales. Esto no significa que no se sigan proyectando
liderazgos actualmente. Este ciclo aún no ha concluido y ni siquiera era
necesario llevar el tema a consulta al Tribunal Constitucional, la CPE es
clara: éste es el segundo mandato. Como la oposición se ha quedado paralizada
con Morales, tendrá que buscar renovarse.
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