La disminución del sentido de autopertenencia de los bolivianos censados en 2012 no supone que se acabe el carácter plurinacional del país, como algunos análisis dijeron.
La Razón / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:07 / 25 de agosto de 2013
Los resultados del Censo 2012 muestran una disminución del 20% en relación al de 2001 de los bolivianos que sienten pertenecer a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afroboliviano. Las opiniones al respecto se desviaron a la pugna entre oficialistas y opositores. Estos últimos celebran ese dato, aunque ponen en cuestión el censo en general. Algunos análisis en ese sentido concluyen en que el espíritu de lo plurinacional del país (que figura en la Constitución) ya no tendría razón de ser o, si bien puede implicar un revés para el Gobierno, el resultado no socava el carácter plurinacional del país y del Estado.
Pensar lo contrario —dice el sociólogo Esteban Ticona— es “no tener una visión histórica de larga data”. Entre los que creen que con esos datos la estructura del Estado Plurinacional dio con el piso es el analista Jorge Lazarte, quien escribió en el diario Página Siete lo contrario a lo que argumenta Ticona, aunque también apeló a la historia. “Esto (la disminución de autopertenencia de indígenas) quiere decir que con ello se habría venido abajo todo el cimiento social del Estado ‘plurinacional’, y su justificación histórica”.
El analista Carlos Cordero, en una afirmación que le atribuye el periódico El Deber, también piensa como Lazarte al decir que el “fuero especial” para los “grupos étnicos” de la Constitución “se cae”.
Lo plurinacional aparece desde el primer artículo de la Constitución Política del Estado (CPE). De manera general, el concepto supone asumir la coexistencia de varias naciones culturales dentro del mismo Estado. El noveno artículo señala una serie de tareas del Estado guiadas a “[...] consolidar las identidades plurinacionales”.
El doctor en Ciencias Políticas Fernando Mayorga refuta la idea de Lazarte con una argumentación categórica en su artículo para este suplemento del 18 de agosto. Se reproduce un fragmento extenso por su imbricación. “El pluralismo nacional no existe en la CPE, por ende, lo plurinacional no implica el reconocimiento de varias naciones; lo que se interpela y constituye (a lo Althusser y en clave constitucional) es un sujeto colectivo definido como ‘naciones y pueblos indígena originario campesinos’. Este sujeto es portador de derechos colectivos y este rasgo define el carácter plurinacional del Estado”.
“Al nominar de esa manera a este sujeto jurídico —prosigue el académico— la CPE resolvió el tema de la contraposición entre nación/naciones puesto que ese sujeto es una ficción sociológica porque no existen colectividades que sean portadoras de los cinco atributos. Entonces, ¿tiene sentido seguir debatiendo al respecto?”, escribe.
La pregunta referente a la pertenencia en el Censo 2012 decía: “Como boliviana o boliviano, ¿pertenece a alguna nación o pueblo indígena originario campesino o afroboliviano?”. Las opciones de respuesta fueron: Sí o No. 58,2% de las personas dijeron que no, y 40,5% que Sí, recuerda Mayorga.
La analista Helena Argirakis también refuta los argumentos de Lazarte y Cordero. Para ella, el censo muestra que se necesita un debate “más profundo”, pues “han habido variaciones” en ciertas características del Estado y en la “composición étnica”. “Si tomamos en cuenta que el mestizaje es “un producto biológico y no una identidad”, entonces se ve que la nación ha sido alterada, lo que “da pie a un nuevo tipo de Estado”, que es precisamente el plurinacional. Ése es el debate de fondo que se está eludiendo”.
El otro error de la discusión, que Argirakis califica de “superficial” y que quiere refutar con el anterior razonamiento, es el de asumir que todo aquel que dijo no pertenecer a un pueblo indígena se considera automáticamente en mestizo. Así lo piensa Cordero: “Eso no es otra cosa que una reivindicación del mestizaje y un mensaje a Evo Morales de decirle que Bolivia es un país de mestizos, claro, además de indígenas”.
La boleta no decía nada en absoluto sobre que quien conteste no pertenecer a un pueblo indígena inmediatamente debía ser considerado mestizo. El analista Róger Cortez considera que ese debate sobre lo mestizo fue superfluo y “preñado de imposturas” de sectores que “asumieron” lo mestizo como “una identidad para oponerse al Gobierno”.
Al respecto, el diputado del opositor Movimiento Sin Miedo (MSM) Fabián Yaksic señala que los resultados invitan a “tratar el carácter plurinacional del país en su verdadera dimensión”, habiéndose ya “superado el monoculturalismo” hay que consolidar lo plurinacional. Lo monocultural está relacionado con el intento homogeneizante del nacionalismo revolucionario de 1952.
El legislador añade una crítica propositiva al momento actual: para “profundizar lo plurinacional”, a propósito de los resultados del censo, hay que dotarlo de un “diálogo intercultural”, que ha estado “faltando y ha sido descuidado”. De ningún modo se “puede volver al monoculturalismo, es penosa esa elucubración que quiere olvidar lo plurinacional”.
Algo parecido dice la diputada por el Movimiento Al Socialismo (MAS) Marianela Paco, que afirma que la diversidad de los pueblos indígenas es la que “hace posible” al Estado Plurinacional, el cual “está en construcción. Los resultados de la encuesta son un llamado a “dar continuidad a esta tarea” y trabajar más la noción “Patria en la diversidad”.
Ticona juzga el razonamiento que dice que los indígenas son minoría y que niega la característica plurinacional del país se basa en “una lectura muy política de mucho racismo que quiere desconocer a 40% de los bolivianos de un solo golpe”.
Cortez tampoco cree que el resultado adverso de sentido de autopertenencia socave el carácter plurinacional, si bien señala que el Estado Plurinacional queda “tocado”. Esta característica del país —arguye— depende “esencialmente de la presencia de las minorías indígenas”, mientras que la “plurinacionalidad oficial” se ha fundamentado en las mayorías quechuas y aymaras en cuanto a su territorialidad, la cual es el país entero. En tanto que “lo indígena perviva, no se puede dejar de hablar de lo plurinacional de Bolivia”.
Mayorga señala en su artículo citado que se trata de una construcción “minimalista” del Estado Plurinacional con una mirada de continuidad histórica que implica “rescatar la memoria nacional-popular” en la formación del Estado boliviano.
Para justificar esto señala varios gestos, como el reconocimiento, en los órganos de representación política mediante escaños con criterios de “representatividad bajo pautas posliberales”, de los pueblos indígenas; la democracia comunitaria; las autonomías indígenas de lento andar; la “nueva” doctrina de las Fuerzas Armadas que recupera el socialismo militar y el nacionalismo revolucionario; a lo que suma la lectura de la proclama de Simón Bolívar en Potosí por parte de Evo Morales que “tiene ribetes de restauración discursiva de la República”.
Por ello —concluye— “en términos de institucionalidad, la República sigue vigente en la CPE. En ese sentido, ¿es necesario insistir en la contraposición República/Estado Plurinacional? ¿Depende de uno más o uno menos del 50%?”.
Comparaciones. En el censo de 2001, ante la pregunta de “¿se considera perteneciente a alguno de los siguientes pueblos originarios o indígenas?”, el 62% de los censados respondió que Sí. Se han argumentado muchas ideas para explicar esto. María Teresa Zegada, en su artículo sobre el tema del anterior domingo en esta misma publicación, señala que las nociones identitarias no son estáticas.
Cortez indica que eran “tiempos distintos”, por lo que no cabría la comparación. En 2001 —asegura— el Estado se encontraba en crisis, entonces “las masas campesinas asumieron su identificación indígena”. Recuerda cómo el oficialismo de ese tiempo cuestionó los resultados de abrumadora mayoría indígena.
Sobre los actuales datos, apunta que se pueden explicar en el “repliegue de identidad de los campesinos” que quieren “hacer una nueva reforma agraria”. Por este último intento es que los indígenas de tierras altas “rompieron con el Gobierno en el conflicto por la carretera sobre el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS)”.
A contracorriente, Ticona dice que los censos a pueblos indígenas no son confiables y siempre hubo problemas en el país, por lo que iguala en deficiencias a las encuestas realizadas en 2001 como 2012. “Son hechos con estándares internacionales, cuando nuestra realidad demanda que se haga con características propias para nuestra realidad”.
Lamenta que hayan opiniones en las que parecen expresar “alegría por la disminución”. El excandidato a la Gobernación de La Paz por el MSM y sociólogo Simón Yampara también cuestiona la forma “monocultural” en cómo los censos trataron lo indígena. El “último realizado no es la excepción”.
Cree que los resultados en cuestión llaman a pensar qué es lo plurinacional. Se quiere “mostrar que somos plurales desde la monocultura”, que es lo que considera que se ha estado haciendo hasta ahora dentro del MAS. Ticona propone un censo específico para pueblos indígenas con una serie de preguntas y no sólo una, con detalles propios. A juzgar por los análisis, no ha incidido en los resultados en cuestión la forma de la pregunta o los errores de metodología.
Lo técnico habrá influido de manera “muy fina”, coinciden Cortez y Ticona. El primero añade además que tal posibilidad es “muy difícil de probar”. Paco también señala que no hay “que echar la culpa al instrumento técnico”. Para Argirakis, “especular sobre errores profundiza el debate superfluo del neocolonialismo y lo mestizo”.
Se puede concluir que la discusión tras el resultado fue encarado de manera equivocada, aunque quizás persistan debates en ese sentido, unos validando resultados sobre la población y a su vez denostando los del sentido de pertenencia.
‘El mestizaje es una categoría colonial’: Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia
Es importante tener claro que el mestizaje es una categoría colonial de tipo tributario y que por eso no puede ser la base de una nación (…). Esa categoría de mestizo no tiene identidad en el país”, afirmó el Vicepresidente en su discurso conmemorando, desde Cochabamba, el 188 aniversario de la independencia de Bolivia. (Discurso del 6 de agosto).
‘Los censos encararon mal lo indígena’: Esteban Ticona es sociólogo aymara
Todos los censos encararon de manera errónea lo indígena en nuestro país. Siempre hubo deducciones, la del año pasado no es ninguna excepción. Los censos son una referencia, pero no explican grandes cosas. En cuanto al porcentaje de indígenas, (éste) no debería asustar teniendo en cuenta el contexto urbano. Los que se alegran de la disminución muestran racismo.
‘Los años del Estado racista influyeron’: Marianela Paco es diputada por el MAS
Hemos tenido un Estado racista y homegeneizante por muchos años, y eso ha influido en la disminución de la autopertenencia indígena. Por eso los migrantes piensan que para ser ciudadanos hay que negar su parte indígena. Por otro lado, hubo una desinformación mediática sobre lo mestizo. Los medios no ayudaron para dimensionar lo importante de este aspecto.
‘Se modificó el estado de ánimo’: Róger Cortez es analista político
Lo que sucedió con el censo fue una modificación del estado de ánimo colectivo de los sectores que se autoidentificaron como indígenas en 2001, tiempo muy particular en el que se vivía en su máximo nivel una crisis de Estado. Entonces los campesinos tomaron la decisión estratégica de retomar su identidad indígena tranzada por la revolución de 1952.
‘Lo indígena fue tratado erróneamente’: Simón Yampara Huarachi es sociólogo aymara
Lo indígena siempre se trató erróneamente en los censos por la minoría mestiza. Se manosea a la manera que quieren. Los que manejan estos instrumentos lo hacen de manera poco digna. Se sigue con la monocultura y el desafío es entrar en la paridad con la visión del horizonte occidental y el horizonte milenario con semillero en Tiwanaku; sin embargo, esto no sucede.
‘No se puede volver al monoculturalismo’: Fabián Yaksic, es diputado por el MSM
Si los datos son validados en el tema de la pertenencia indígena, implica tratar en su verdadera dimensión el carácter plurinacional e intercultural de la República de Bolivia. Creo que los fundamentalismos de uno y otro lado nos han hecho daño. Hay que consolidar este carácter, pero haciendo un énfasis en el diálogo intercultural. No se puede volver al monoculturalismo.
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