El punto 32 de la Declaración de isla Esteves es una
de las 23 expresiones favorables del Perú respecto del tema marítimo que se
encontraron tras una breve revisión histórica.
La Razón (Edición Impresa) / Ricardo
Aguilar Agramont / La Paz
00:07 / 12 de julio de 2015
Después de la reciente firma de la
Declaración de isla Esteves —en la que en su punto 32 se menciona una expresión
de “solidaridad” y comprensión” con la situación de “mediterraneidad” de
Bolivia, además de los votos porque se alcance una “solución”— hubo una serie
de declaraciones “aclaratorias” en el sentido de que el Perú es neutral en el
conflicto pendiente entre Bolivia y Chile, litigio que ese país considera bilateral.
No obstante, lo dicho en la Declaración mencionada está firmado por el
presidente peruano Ollanta Humala y no hace sino confirmar la ya antigua
disposición favorable del Perú para con Bolivia en el tema marítimo. De hecho,
Perú solo se pronunció de manera categóricamente negativa una vez en la
historia (en 1920), el resto de las veces, que son al menos 23, mostró su
voluntad y buena disposición para que el problema se solucione o dijo que no
sería un obstáculo.
El tema marítimo está ligado al Perú,
primero porque las soluciones posibles al enclaustramiento boliviano que se han
considerado muestran que un puerto de Bolivia indefectiblemente tendría que
estar ubicado en territorios que en el pasado fueron peruanos. Segundo, porque
el artículo 1 del Protocolo Complementario del Tratado de Lima señala que en
caso de una futura cesión territorial de Chile en favor de una tercera potencia
(obviamente Bolivia) por una superficie antes peruana, debe contar con el
consentimiento de Perú.
A continuación, se hace un recuento de
las expresiones favorables a Bolivia en el tema marítimo que ha hecho
Perú a lo largo de la historia. Esto no solo cobra importancia futura para el
momento en que se llegue a un escenario de negociación con Chile, sino que
tiene relevancia presente porque una táctica chilena (y esto se lo vio
recientemente en una declaración de Ricardo Lagos, que señalaba que Bolivia
debía conversar con Perú y no con Chile) es sindicar al Perú por el encierro
que sufre Bolivia. Las siguientes declaraciones muestran por demás que Perú es
favorable a los intereses marítimos bolivianos.
Las expresiones que se encontraron
fueron extraídas en su gran mayoría de los dos tomos del libro Historia
diplomática de Bolivia, de Jorge Escobari Cusicanqui (obra a la que, hay que
decirlo, se le debe los principales trazos argumentales de la demanda boliviana
en La Haya, por lo menos a los textos hechos públicos); pero también de Estados
Unidos y el Mar, de Jorge Gumucio Granier, en los casos de los años 20 del
siglo XX; el Libro Azul y El Libro del Mar.
1. En 1830, el ministro Plenipotenciario
peruano en Bolivia, Manuel Bartolomé Ferreyros, propuso la entrega a Bolivia de
la provincia de Tarapacá. Si bien la mención es remota, vale para ser anotada.
Esta propuesta está vinculada a los pedidos de las poblaciones de Tacna y
Moquegua, en 1836 y anteriores, de ser anexadas a Bolivia.
2. En 1880, en el Protocolo de la Unión
Federal, firmado en Lima por Perú y Bolivia, se estipuló la jurisdicción de
Potosí sobre Tarapacá y la de Oruro sobre Tacna. A continuación hay que
recordar dos menciones que si bien son de autoridades estatales, no fueron
protocolizadas, lo que posiblemente reste su valor. Sin embargo, son las más
anteriores que se pudo encontrar en el siglo XX.
3. En 1910, Tacna y Arica eran
territorios sin una definición de soberanía ni para Perú ni para Chile. El
canciller boliviano Daniel Sánchez Bustamante mandó un memorando a esos países
argumentando la conveniencia de que dichas provincias pasen a Bolivia. El
canciller peruano Melitón Porras acogió con buena disposición el memorando de
1910.
4. Sobre el caso anterior, en 1910,
Solón Polo, ministro de Perú en Bolivia (embajador), dijo a Sánchez Bustamante:
“Si Chile acepta la división de las dos provincias, dejando Tacna para el Perú,
su gobierno cooperará a los propósitos de Bolivia y vería con sumo agrado que
el puerto de Arica entrase bajo el dominio de ese país”. Como se dijo, ambas
respuestas no fueron protocolizadas, pero quedan para el recuento.
Luego vino la única negativa categórica
del Perú, en 1920. Ese momento, la soberanía de Tacna y Arica era definida
mediante el arbitraje de Estados Unidos y se preparaba un plebiscito que nunca
se realizó por los obstáculos que puso Chile. Perú sentía que si se pronunciaba
a favor de una posible salida para Bolivia, eso mellaría su aspiración de que
los territorios en disputa queden para sí.
Así, el canciller Melitón Porras, que
hacía diez años se pronunciara favorablemente, esta vez dijo: “El Perú está
dispuesto a no ceder sus derechos sobre las provincias irredentas en favor de
Bolivia o de cualquier otro país ni a escuchar siquiera proposición alguna al
respecto”. Tan dura respuesta se debió al contexto de un efervescente
reivindicacionismo en el Perú de principios de los 20. No obstante, nunca más
en la historia Lima se pronunciaría de tal manera.
5. El arbitraje estadounidense
mencionado derivó en la llamada Propuesta Kellogg (por el mentor de ese
planteamiento, el secretario de Estado Frank Billings Kellogg). La proposición
consistía en que Perú y Chile cedan en favor de Bolivia, a perpetuidad, los
territorios de Tacna y Arica. Chile aceptó, pero Perú se opuso. No obstante, el
memorando peruano del 12 de enero de 1927, al tiempo de rechazar el
planteamiento señala: “Este rechazo no importa, sin embargo, el propósito de
obstruir cualesquiera otras soluciones. Lejos de eso. El Perú ha aceptado la
internacionalización parcial o completa de las provincias, ha aceptado también
la división de éstas dando gratuitamente un callejón a Bolivia hasta la playa y
en ésta una segunda ensenada en condiciones que permitan convertirla en un
puerto grande, cómodo y seguro”. El memorando es claro: Perú
no se opone a que se dé territorios que antes fueron peruanos, “gratuitamente”,
a Bolivia.
6. Pasaron varios años sin que Perú se
pronuncie, de hecho el siguiente punto acá enumerado es por omisión peruana.
Cuando en 1950, mediante un intercambio de notas Bolivia y Chile iniciaron una
negociación por una salida soberana al mar, Lima no se manifestó, por lo que
consintió por omisión. Solo apareció en el escenario para protestar, con toda
razón, cuando se enteró del contenido secreto de la negociación (Agua dulce
—del lago Titicaca— por agua salada). Como se sabe, hay un condominio entre
Bolivia Perú de las aguas del Titicaca: ninguno puede hacer un uso unilateral
de ellas.
7. Transcurrieron más de
dos décadas para que, el 20 de junio de 1973, Perú dé señales
contundentes. Ese día, Bolivia y Perú firmaron en Lima una Declaración
Conjunta. El presidente peruano, el general Juan Velasco Alvarado, manifestó:
“La comprensión del pueblo peruano por la aspiración justa del pueblo boliviano
de lograr solución a su condición de país mediterráneo y confía en que la
satisfacción de esa aspiración sea alcanzada dentro del Derecho Internacional”.
8. Tres días después, el 23 de junio, el
canciller peruano, general Miguel Ángel de la Flor Valle, señaló: “Los
problemas limítrofes entre Bolivia y Chile deben ser resueltos entre ambos
países, sin embargo, el Perú ve con simpatía la lucha en que se encuentra
empeñado el pueblo boliviano por conseguir su salida al mar”.
9. Al finalizar esta ceremonia de junio
1973, el ministro de Guerra del Perú, Edgardo Mercado, dijo a la prensa
peruana: “El Perú comprende las aspiraciones de salida al mar del pueblo
boliviano para salvar, de este modo, su mediterraneidad”.
10. Luego, el 9 de diciembre de 1974, en
la “Declaración de Ayacucho”, firmada en Lima, los presidentes de varios países
entre ellos el de Perú (y también de Chile) pusieron sus firmas en un texto en
que se expresó la “más amplia comprensión a la situación de mediterraneidad que
afecta a Bolivia, situación que debe demandar la consideración más atenta hacia
entendimientos constructivos”.
11. Después del fracaso de la
proposición peruana sobre Charaña, a fines de 1975 y principios de 1976, el 7
de junio de 1977 los cancilleres del Perú y Bolivia suscribieron una
declaración en la que señalaron sobre el tema portuario boliviano que:
“analizaron constructivamente el problema del enclaustramiento geográfico
boliviano, respecto de cuya solución el Perú reiteró su más amplia comprensión.
En este sentido, coinciden en la conveniencia de que, en la forma y oportunidad
requeridas, se desplieguen los mejores esfuerzos, atendiendo a los respectivos
intereses nacionales, a fin de concretar una solución definitiva y permanente
de dicho problema, que corresponda a los propósitos de fortalecer la paz, el
desarrollo y la integración”.
12. El 28 de mayo de 1979, varios
presidentes, entre ellos el de Perú, firmaron el Mandato de Cartagena, en donde
se señala: “Coincidimos en que la mediterraneidad de Bolivia, problema recogido
en el Artículo 4 del Acuerdo de Cartagena, es un factor que limita la
participación de ese país en el proceso de integración, que agrava las
dificultades propias de su situación de menor desarrollo relativo y que
requiere de acciones, en concordancia con el espíritu de la integración andina,
que contribuyan a satisfacer las justas aspiraciones del pueblo boliviano”.
13. Es más que probable que el Perú haya
firmado más declaraciones multilaterales favorables a solucionar el problema
del enclaustramiento boliviano de las que figuran en este texto. Sin embargo,
hay que resaltar las resoluciones de la Organización de los Estados Americanos
que rubricó Perú sobre el tema marítimo como las de 1975, 1979, 1980, 1981 y
las siguientes en el mismo tenor.
14. Siguiendo, el 14 de enero de 1980,
el Consejo de Cancilleres de Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela acordó:
“reafirmar su apoyo a la justa demanda boliviana de obtener acceso soberano al
océano Pacífico y coadyuvar a que se instrumenten sistemas efectivos
conducentes al logro del objetivo señalado”, además de “instar a los gobiernos
de los países a los que este problema concierne más inmediatamente para que, de
acuerdo con la resolución aprobada en la Novena Asamblea General de la OEA,
inicien, cuanto antes, negociaciones dirigidas a dar a Bolivia acceso soberano
y útil al océano Pacífico, teniendo en cuenta el interés recíproco de las
partes”.
15. En 1981, el 24 de marzo (al día
siguiente del Día del Mar), el presidente peruano Fernando Belaúnde dijo en su
discurso durante la presentación de las credenciales de la misión boliviana en
Lima: “Vivimos los peruanos las esperanzas y los dramas de Bolivia y sus
cuestiones las consideramos como propias. De ahí que el Perú considera
plenamente legítima la aspiración de Bolivia de tener acceso propio al océano
Pacífico. En este sentido, el Perú no va a ahorrar esfuerzos para hacer todo lo
que le corresponde en la familia americana para servir a la causa de la gran
nación hermana”. Posiblemente, ésta sea una de las expresiones más claras de
los últimos tiempos, en la cual el Perú se identifica y vive como suyos los
problemas bolivianos.
16. En 1989 el presidente Alan García,
en el barco Ollantay, en aguas internacionales del lago Titicaca, durante la
reunión con el presidente boliviano Jaime Paz Zamora, respondió a la periodista
Cristina Corrales sobre una pregunta que ésta hizo sobre el mar: “como país
hermano, invocamos y veríamos con mucha satisfacción que ambos países (Bolivia
y Chile) reanuden sus conversaciones para lograr un acuerdo. El Gobierno del
Perú señala, y ésta es mi convicción personal, en caso de producirse un acuerdo
bilateral entre Chile y Bolivia y consultarse al Perú sobre él, deberemos
expresar nuestro beneplácito y aceptación. Creo que ésta es una necesidad
latinoamericana y creo que todos los latinoamericanos tenemos la muy clara
conciencia de que nuestro deber y nuestra responsabilidad es respaldar esta
justa aspiración de Bolivia que estamos seguros que en algún momento tendrá
solución”.
17. En 2004, el presidente peruano
Alejandro Toledo expresó: “Es una cuestión bilateral entre Bolivia y Chile. En
el caso de un entendimiento, entre ambos países, que implique una solución por
territorio de Arica, Perú tendrá un espíritu positivo y amistoso”.
18. En febrero de 2010, el nuevo
embajador de Perú en Bolivia, Manuel Rodríguez Cuadros, se expresó sobre la
misma línea que a esta altura parece ser la política de Estado del Perú
respecto del mar para Bolivia, pues reafirmó “el respaldo pleno a la justa
demanda de la salida al mar de Bolivia”. “Una vez más se ratificó el compromiso
del Presidente (Alan) García al Presidente Morales en el sentido (en) que Perú
no va a ser un obstáculo para la salida al mar de Bolivia”, dijo.
19. En agosto de 2010, José Antonio
García Belaúnde, ministro de Relaciones Exteriores del Perú, señaló que
“lo que Perú siempre ha dicho y se mantiene es que nuestro país no será
obstáculo para cualquier solución al tema marítimo boliviano”.
20. En octubre de ese mismo año, el
canciller Belaúnde precisó los mismo conceptos anteriores especificando:
“Siempre y cuando esta solución (al enclaustramiento) pase por Arica”.
21. Ollanta Humala, como presidente
electo (lo que posiblemente resta validez a la declaración), dijo en junio de
2011: “Total apoyo (a la reintegración marítima boliviana)” y “cooperaremos en
esta posición boliviana, no seremos un obstáculo, porque entendemos que están
pidiendo la salida por Arica y no vamos a ser un obstáculo”.
22. En julio de 2011, el presidente Alan
García reafirmó la “voluntad política” de su país “de no poner obstáculos a una
posible salida al mar de Bolivia, en caso de que ella se produzca por
exterritorios peruanos”. Además señaló: “Nosotros cooperaremos en esta posición
boliviana, no seremos un obstáculo porque comprendemos que están pidiendo una
salida por Arica”. En esa ocasión también manifestó que “es injusto que Bolivia
no tenga salida soberana al Pacífico”. Pero la declaración más
contundente de García, esa fecha, fue la siguiente: “Como lo dije en 1990, Perú
jamás será un obstáculo en el diálogo bilateral que debe conducir a que Bolivia
recupere su salida soberana al mar, jamás”.
23. La Declaración de isla Esteves (23
de junio de 2015), sobre la que se habló al inicio de este texto, es la última
expresión favorable. Dice en su punto 32: “La República del Perú mantiene su
más amplio espíritu de solidaridad y comprensión con relación a la situación de
mediterraneidad que afecta a Bolivia. En ese contexto, los mandatarios
reafirmaron la significación de las normas del Derecho Internacional y de los
principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, en particular, el
rechazo a la amenaza o al uso de la fuerza y la solución pacífica de
controversias.
El Presidente del Perú expresó sus
fervientes votos para que pueda alcanzarse una solución satisfactoria a la
referida situación de mediterraneidad”. Posiblemente existan aún más
declaraciones favorables para los intereses marítimos bolivianos expresadas por
autoridades estatales del Perú; aquí solo se recogieron las más visibles y
notables. Éstas, en un futuro que se espera no sea lejano, deberán ser honradas
por Perú en el momento en que se defina cómo podría ser una salida boliviana
por Arica.
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