miércoles, 16 de febrero de 2022

Carta a Diego García-Sayán


 

Doctor Diego García-Sayán

Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados

Presente.-

 

Queremos darle la más cordial bienvenida a Bolivia y expresarle que su visita no podía ser más oportuna, puesto que los bolivianos se encuentran atrapados en un oscuro túnel llamado sistema judicial, sin ninguna esperanza de encontrar una salida.

Usted que es el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la Independencia de los Magistrados y Abogados debe saber que la justicia boliviana no es independiente. Por el contrario, los magistrados y jueces viven sometidos al poder político de turno.

El problema no es reciente. De hecho, ni siquiera se originó durante el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), que ya lleva 15 años en el poder, con un breve intermedio del gobierno transitorio de la expresidenta interina Jeanine Añez, pero la crisis ha tocado fondo, justamente en este período.

La dependencia política, la corrupción, la falta de méritos de los operadores, la burocracia y la retardación son problemas de fondo que a diario golpean la dignidad de los bolivianos.

Hace pocos días, señor García-Sayán, los bolivianos han sido heridos en lo más íntimo de su sensibilidad, cuando supieron que, por orden de un juez, un asesino y violador serial fue liberado de la cárcel, pese a que tenía sentencia condenatoria sin derecho a indulto (se calcula que hay un centenar de casos similares). Tras quedar libre mató al menos a otras dos jovencitas, a las que enterró en su propia casa. Este juez, según ha admitido el propio Gobierno, tenía como protector a su hermano, que era un alto magistrado.

Y aquí está el problema de fondo, que tiene que ver con la falta de independencia del Órgano Judicial. La Constitución impulsada por el MAS establece que los magistrados de las altas cortes deben ser elegidos por voto popular, pero de candidatos preseleccionados por la Asamblea Legislativa, que desde hace 15 años está dominada por este partido. Entonces, los bolivianos están ante la absurda obligación de ir a votar únicamente por candidatos elegidos por el oficialismo.

Estos magistrados, que ya llegan a los puestos doblegados ante el partido que los seleccionó, son los encargados de elegir a los operadores de cargos inferiores y así, en cascada, se repite la historia de la dependencia. Mientras menos meritorio y menos transparente sea un juez, más maleable será ante el poder de turno.

Estos mismos magistrados son los que dejaron en suspenso la Constitución boliviana para darle a Evo Morales el “derecho humano” de postular indefinidamente a la Presidencia, lo que provocó la dramática crisis de 2019, por la que ahora está presa la expresidenta Añez, acusada de haber cometido un inexistente golpe de Estado, cuando lo que hizo fue frenar el desgobierno llenando el vacío de poder que Morales y toda la cadena de mando dejaron al renunciar.

Pero, la verdad de los hechos no importa para los jueces y fiscales bolivianos que ya recibieron la señal para condenar a Añez a 12 años de prisión en las próximas semanas, mediante “sugerencia” del ministro de Justicia, Iván Lima, en una abierta intromisión en un poder que no es el suyo.

Y no es que Añez haya encabezado un gobierno brillante, para nada. El autoritarismo, la corrupción y el sometimiento de la justicia también fueron signos de su gestión. Pero, en justicia, ella, como cualquier expresidente, debería ser juzgada en un juicio de responsabilidades y no precisamente por un golpe de Estado.

Lo que le ocurre a la señora Añez es solo una muestra del calvario por el que pasan los demás bolivianos que tienen la mala fortuna de caer en las corruptas y manipulables manos del sistema judicial. No es casual que las cárceles estén hacinadas de detenidos preventivos, que haya decenas de perseguidos políticos entre rejas, que los asesinos más crueles estén libres pese a tener sentencias condenatorias y que las familias empobrezcan buscando justicia y sometiéndose a la dictadura de la coima.

Señor García-Sayán, siendo usted un hombre de derecho, con una trayectoria intachable, sabrá discernir la verdad entre la avalancha de mensajes contradictorios que recibirá estos días en Bolivia. Esperamos que su visita traiga esperanza y permita iniciar una verdadera reforma judicial para calmar el profundo dolor que ahora provocan jueces y fiscales en las familias bolivianas.

     Atte.

     Página Siete

https://www.paginasiete.bo/opinion/editorial/2022/2/15/carta-diego-garcia-sayan-323475.html