La Razón
Las autonomías, entendidas como la profundización de la democracia, representan un avance inestimable para el país. Han costado la lucha de los movimientos sociales y todo el fragor de la Asamblea Constituyente, pero ni esto ni aquello ha sido suficiente para aligerar la carga del Estado centralista. El ímpetu político duró hasta mediados del año pasado; luego, decayó.
A marcha forzada, la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó la nueva Ley Marco de Autonomías y Descentralización, uno de sus mayores desafíos, apurada por el plazo fijado por la CPE hasta el 22 de julio del año pasado e incluso por el presidente Morales, quien llegó a amenazarla con iniciar una huelga de hambre si no cumplía con el “mandato del pueblo”. La decisión popular de organizar el Estado en cuatro niveles: departamental, regional, municipal e indígena originaria campesina, en efecto, merecía el esfuerzo de los diputados y senadores.
Pero aquella prisa tuvo una súbita desaceleración. Han pasado nueve meses desde que se eligió a los gobernadores, en reemplazo de los prefectos y, luego de la apresurada labor de los diligentes asambleístas, no hubo avances: ningún departamento tiene aprobado su Estatuto Autonómico y tampoco los municipios cuentan con sus Cartas Orgánicas.
Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija continúan esperando que el Tribunal Constitucional legalice los estatutos que aprobaron sus ciudadanos en sendos referendos, y tendrán que armarse de paciencia porque la institución con sede en Sucre, desde la vigencia de la nueva CPE, no toca asuntos de fondo, limitándose a atender las Acciones de Libertad. Los demás departamentos deben seguir tres pasos hacia la consolidación de las autonomías: aprobar los estatutos en sus respectivas asambleas legislativas, obtener la venia del Tribunal y, por último, esperar el definitivo voto de la población en consultas ciudadanas.
Al continuar en la etapa del “marco legal”, las autonomías, en los hechos, funcionan a medias. En gran parte son meras etiquetas, un membrete en los documentos oficiales. Todo esto pese a que se han constituido en el mayor avance de la democracia de los últimos tiempos y en la esperanza de un necesario fortalecimiento del Estado de Derecho.
Tal es así, que los expertos coinciden en que la base del desarrollo de un país descansa en el empoderamiento y el desarrollo económico a nivel regional y local, como se puede comprobar en el libro Bolivia en la senda de implementación de la Ley Marco de Autonomías y Descentralización (LMAD). Evaluación, análisis crítico y perspectivas futuras, que reúne los trabajos de 13 investigadores bajo el paraguas de la fundación Konrad Adenauer.
El ejercicio pleno de las autonomías no es tarea fácil ni mucho menos, pero tampoco debe contagiarse del habitual letargo de los políticos.
La despenalización de la coca
La Prensa
Más allá de la potencial capacidad nutritiva de la hoja de coca, destaca el hecho innegable de ser materia básica para la producción de cocaína.
Rige hasta el 31 de enero el plazo dado por la oficina correspondiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para presentar formalmente apoyos u objeciones respecto a la propuesta boliviana de despenalizar el llamado pijcheo o “acullico” de hojas de coca —es decir, su masticado— el que se encuentra interdicto desde 1961.
Dejando de lado las conocidas controversias en torno a la hoja de coca, llama la atención el empuje oficialista en la materia, sobre todo a nivel internacional y en lo interno a través de los medios de comunicación que controla el Gobierno. De creer totalmente lo que afirma la propaganda oficial, tendríamos en la hoja de coca una maravillosa panacea apta para curar todas las enfermedades del mundo. Sin entrar en el terreno de cotejar virtudes y defectos de la hoja, creemos que toda exageración a favor o en contra refleja negativos fanatismos, los que deberían más bien dar lugar al punto justo de equilibrio.
Es un verdadero márketing el realizado por las autoridades bolivianas. Y no sólo se trata de mercadeo político, sino también de un mercadeo de contundente naturaleza comercial. Siempre debemos tener presente que el Jefe del Estado es, a su vez, Presidente de la Federación de Productores de hoja de coca del trópico cochabambino. En reiteradas ocasiones, Su Excelencia ha manifestado públicamente que “tiene su propio cato de coca y alguien que se lo administra” Obviamente, por detrás de toda esta machacante campaña, se percibe un claro interés mercantil —expandir producción y ventas de la controvertida hoja— tanto de S.E. como del resto de los cocaleros. Hay que satisfacer a la principal base política de don Evo Morales: los 40.000 productores de hojas de coca del Chapare. Ellos dictan la agenda del país en este campo, no el resto de los casi 10 millones de bolivianos. Y esto es absolutamente real, más allá de la retórica habitual en torno al “uso ancestral” de la coca y otras frases similares.
Existen hojas, plantas, vegetales, flores y frutos de múltiple naturaleza. En lo que hace a la hoja de coca y más allá de sus potenciales capacidades nutritivas, resalta el hecho innegable de ser materia básica para la producción de un nefasto estupefaciente: la cocaína. Por otro lado, la flor de amapola tiene también diversos usos, inclusive de tipo decorativo, pero por encima de todo destaca como ingrediente esencial para el opio y la heroína, también peligrosos narcóticos de naturaleza adictiva. Es por estas contundentes razones que la comunidad internacional mira con suspicacia el incremento de la producción y del consumo de la coca y de la amapola en las respectivas latitudes geográficas en las que se las siembra o cosecha.
Llegan los días finales de esta campaña en pro de la hoja de coca. Inclusive se ha planificado una gran marcha hasta la Embajada de EEUU. Los días se acortan hasta el plazo fijado del 31 de enero. Habrá que seguir con atención el proceso que se desarrolla en la ONU. Los Estados Unidos ya hicieron saber su objeción, aunque aún no la han oficializado por escrito. Hay varios países que apoyan, otros no y algunos permanecen indecisos. La palabra de la sociedad mundial será la que tenga la pauta final. Por supuesto, sea que se mantenga la penalización o se la levante, el tema candente de la relación coca-cocaína permanecerá.
Gobernando en borrador
La Prensa
El discurso del presidente Evo Morales del 22 de enero dejó muchas dudas, comenzando por saber cuándo dará el informe de la gestión 2010-2011.
Porque lo que expuso fue otra cosa. Quizá la secretaria confundió los textos y le dio uno preparado para la eventualidad de que tenga que renunciar y deba informar sobre lo que hizo desde 2006 hasta ahora.
Seguimos esperando el informe sobre la gestión pasada, como se había anunciado.
Mientras tanto, hay que observar que las deficiencias del Presidente en su exposición de tres horas y media se deben a dos probables razones: o está mal de la vista o no sabe leer. Y aquí entran en escena los cubanos. Porque se supone que la ayuda de la revolución cubana (lo que queda de ella) tuvo dos programas específicos: curar a los bolivianos con problemas en la vista y enseñar a leer a todos los que no lo supieran.
Fue un descuido imperdonable que los cubanos hubieran olvidado a Su Excelencia. Arreglaron la vista de tanta gente en Bolivia pero no se interesaron por saber si el presidente Morales tiene o no una buena visión.
Porque el hecho de que haya dicho “dólares” en lugar de “por ciento” es grave. Que la participación del Estado en la economía pase de 12 dólares a 20 dólares, como dijo Su Excelencia, es muy exiguo para una revolución con tanta propaganda.
Hay alguien que alguna vez tuvo una confusión parecida, cuando debía leer 5%, y dijo “cinco ojo”. Lo raro es que el signo % es muy diferente de $.
Algo parecido le pasó a Su Excelencia cuando debía dedicarme su insulto semanal. Sus ayudantes, es decir aquellos que le dicen a quién tiene que odiar, pusieron mi apellido, y él dijo Vaca y luego Cordero. Quizá el texto que le dieron estaba expresado en ideogramas y él no pudo distinguir una vaca de un cordero, lo cual es grave. Sobre todo en quien dice haber sido pastor de ovejas en su niñez.
Habría que tener cuidado con estos detalles porque el que queda mal es Su Excelencia.
En cuanto al “Vice”, pues tendría que cuidar las concordancias. En poses, gestos, dengues y merengues está muy bien. Pero decir “quienes creen que estas tensiones podrían ser resueltos” es grave. La que se lleva la flor es la frase “contradicciones de carácter segundaria”. ¿No se habrá topado con la palabra “secundario” (y no “segundario”) en los 20.000 libros que dice haber leído? Además, el carácter no puede ser secundaria. Eso ya no es culpa de los cubanos.
Periodista
Humberto Vacaflor Ganam
Las Alasitas y la felicidad
La Prensa
Al ver frustradas nuestras ilusiones de conocer personalmente a los nuevos ministros que ayudarán al presidente Evo a salvar a nuestra Patria, mi comadre Macacha me pidió que la acompañara a la feria de Alasitas, que fue inaugurada anteayer, a lo cual accedí con gran regocijo porque muchas veces pensé en que vivimos en un país de alasitas mientras otros sostienen que somos el centro del Universo y que con un poco de esfuerzo podríamos alimentar al mundo.
Ella se emperifolló con sus mejores galas y hasta se atrevió a lucir unos aretes de oro legítimo, mientras, me prestó un reloj de oro perteneciente a su difunto esposo recalcándome al ponérmelo en la muñeca que es solamente prestadito y su marca es “devolverme”, recomendación que me fastidió y me hizo rechazar una dentadura postiza de oro que osó ofrecerme también en calidad de préstamo. Llegados a la feria de Alasitas, mi comadre me explicó (como si yo no lo supiera) que la fe ingenua de nuestras gentes las lleva a creer que toda miniatura que se adquiere en la feria se convertiría en realidad por obra y gracia del fetiche aymara llamado Ekeko; si tú compras una casita en miniatura, se convertirá mañana en una casa verdadera y si tú compras dólares en miniatura, éstos se convertirán en dólares de verdad, sucediendo lo mismo con las miniaturas de camiones, buses y automóviles de último modelo.
Con fe en el fetiche aymara, compré varios millones de dólares de alasitas, de los cuales aparté cinco mil, que es la suma que debo a mi comadre desde el año pasado, y acariciando la mano derecha de mi pariente espiritual deposité en ella la cantidad adecuada. Ella recibió los billetitos y, riendo jacarandosamente, me dijo que yo era un ekeko muy bromista.
Seguimos recorriendo y vimos un hermoso bus en miniatura que ella lo compró y me lo entregó deseando para mí la mejor suerte si es que me decidiera a cambiar mi oficio de periodista por la de transportista, cual lo fue su difunto esposo, que le dejó su gran fortuna. Recibí el obsequio y al agradecerle le manifesté que me convertiría en transportista siempre que ella manejara el bus y yo trabajara a su lado como voceador. Seguimos viviendo ese mundo fantástico: mi comadre Macacha me regaló un carnet del Movimiento Al Socialismo firmado por el mismo Presidente de la República y un título de Director de la Biblioteca del señor Álvaro García Linera con la firma del mismísimo Vicepresidente de la República.
Haciéndose la graciosa, quiso obsequiarme una Sentencia de Divorcio y un Acta de Matrimonio entre la señorita Macacha viuda de Racacha y el periodista Paulino Huanca, miniaturas que rechacé porque no debería jugarse con hechos tan importantes.
Disfrutamos de las masitas y de los coquitos, de los alfajores y maicillos, que me hacían feliz en mi niñez, para concluir en la sección comidas, donde Macacha saludó a varios senadores, uno de los cuales repitió a mi comadre que por vez primera las reservas monetarias en el Banco Central habían llegado a 10 millones de dólares, respondiendo la cochabambina: “Esa es una cantidad de alasitas en comparación a lo que tienen los chilenos y peruanos...”.. Salimos para no fregar una jornada ilusionada y feliz.
Periodista
Paulovich
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