La Razón / Ricardo Aguilar Agramont
ANIMAL POLÍTICO / 25 de marzo de 2012
Es difícil sostener que no se posea un color político cuando se trata del comercio, como afirmó a La Razón el diputado chileno del Partido por la Democracia (PPD) Jorge Tarud. La filosofía política muestra que no se pueden encontrar en la “realidad” sino construcciones impregnadas de ideología —definida ésta última como un proceso de producción de significados, signos y valores en la vida cotidiana, y no como otras corrientes la consideran: una comunicación sistemáticamente deformada (ambas interpretaciones tomadas del teórico Eagleton). Precisamente, afirmar que para los negocios no importan las ideologías es una proposición altamente ideologizada, tanto como lo está la aserción categórica de “ni una molécula de gas para Chile”, dicha por el expresidente Carlos Mesa y reiterada por el exministro boliviano de Hidrocarburos José Luis Gutiérrez, en una reunión en 2011.
De hecho, la construcción de significaciones que los bolivianos hacen sobre Chile está ideologizada desde la infancia; la ocupación por la fuerza de las costas de Bolivia en 1879 determina una manera negativa de ver todo lo que tenga que ver con el vecino país transandino.
Tal vez olvidando este imaginario vigente en la actualidad o ignorándolo (involuntaria o deliberadamente), o quizá sólo subestimándolo, el jefe de bancada de senadores del Movimiento Al Socialismo (MAS), Eugenio Rojas, propuso reconsiderar la decisión de no vender gas a Chile expresada en el referéndum del gas realizado en 2004 durante el gobierno de Carlos Mesa.
En promedio, en los días que pasaron de marzo, diariamente se vendieron 30,1 millones de metros cúbicos (MMm3) al Brasil, 8,2 a la Argentina y 7,3 se consumieron en el mercado interno. Rojas hizo el planteamiento bajo el supuesto de que, eventualmente, Brasil deje de comprar este hidrocarburo en unos años. En ese caso, ¿qué haremos con 30 MMm3 de gas?, se pregunta esta autoridad.
“En 2019 se concluye el contrato de venta a ese país, ¿cuál será nuestro mercado ese momento? Además, hay una crisis energética en Chile, aunque nunca podremos renunciar a una salida soberana al océano Pacífico”, añade el legislador del MAS.
La declaración creó un debate sobre el que las asociaciones de víctimas y heridos de la Guerra del Gas, de octubre del 2003 (en contra de la venta de esta fuente de energía a Chile y de su exportación a través de este país), inmediatamente pronunciaron su descuerdo. A nueve años de este conflicto y a ocho del referéndum vinculante de 2004 (que dictaminó que no se venda gas a Chile) se puede ver que no sólo en Bolivia, sino también en el país vecino, las opiniones se encuentran divididas.
El diputado chileno del PPD Jorge Tarud dice a La Razón: “Nosotros comerciamos con todos los países del mundo, sean de derecha, de izquierda o monarquía. Si hubiese una propuesta concreta de comerciar gas, la estudiaríamos de muy buena fe, sin que ésto sea una condición territorial. Chile compra su gas en el exterior y todo depende del precio, aunque tenemos absolutamente cubierta la demanda”.
Es contraria a esta opinión la del recientemente nombrado vicepresidente del Senado chileno, Alejandro Navarro, quien en contacto con este medio dice que el uso del gas como un elemento de negociación en el problema marítimo no es criticable y que Bolivia tiene derecho de hacerlo.
Pero, para el expresidente Carlos Mesa hay una mala lectura de muchas de las cosas que se hicieron en su gobierno. De hecho, la pregunta 4 del referéndum por el gas (ver infografía) habla de utilizar el gas como un recurso estratégico para lograr una salida soberana al Pacífico. “Eso no quiere decir, en absoluto, ‘gas por mar’ —como interpretan muchos—, eso es algo que nunca planteé, hay que subrayarlo. La negociación del tema marítimo no debe estar directamente relacionada al tema del gas”, precisa en una charla con La Razón.
De acuerdo con el canciller de Bolivia de la gestión de Mesa, Armando Loaiza, el tema del gas se ha alterado completamente. “Ellos (los chilenos) no podrían aceptar bajo ninguna circunstancia ‘gas por mar’. Además, estamos en una situación enrarecida por la posible demanda internacional que quiere plantear Bolivia. Aunque me parece interesante la autocrítica sobre la política del gas que hace gente del Gobierno”, expresa la exautoridad. No obstante, para Mesa, la integración no sólo energética, sino en otros sentidos, va después de una solución a la salida al mar para Bolivia.
Todas estas afirmaciones cruzadas (sobre el problema entre ambos países) se acercan o alejan a diferentes conceptos de nación y aluden indudablemente a diferentes construcciones ideológicas, pues, la sola idea de país no puede sino estar recubierta de política como, por ejemplo, la afirmación categórica de Tarud: “Si Morales dice que se va a demandar a Chile en una corte internacional será el peor error, pues terminarán las conversaciones bilaterales, sería el fin del diálogo”. O como la convicción de Alejandro Navarro, quien parece hablar precisamente de la ideologización del tema cuando dice: “Una franja Chile-Bolivia es posible, algunos dirán que se trata de comunismo, otros de nacionalismo o de socialismo; aunque pensamos que el sueño de Bolívar, el americanismo, es posible”.
‘Bolivia tiene derecho a usar el gas en la mesa’ - Alejandro Navarro, vicepresidente del Senado de Chile
Hay una agenda de 13 puntos abierta entre Bolivia y Chile. Ésta no excluye ni el gas ni el mar. Está claro que tenemos abundante mar y Bolivia abundante gas. Nosotros hemos propiciado una fórmula en la que estos elementos no sean utilizados como una presión, sino que ambas ventajas pueden ser convergentes.
Para Chile es interesante contar con gas boliviano. Tenemos grandes problemas energéticos que se han intentado suplir con la creación de termoeléctricas que son altamente contaminantes y han generado conflictos sociales en la costa nacional. Creo que si el gas sirve para afectar la posibilidad de un acuerdo histórico con Bolivia es bienvenido.
Hay quienes en Chile pensamos que Bolivia tiene derecho a exigir una salida al mar. Aunque creemos que una con soberanía ahora no es posible por condiciones históricas que han hecho que la recepción para esto en Chile sea altamente negativa. Sin embargo, creo que la costa no va a tener el valor que hoy se le asigna en 20 o 30 años, por lo que hay que perseverar en la línea de trabajo de los 13 puntos sin exclusiones: si el gas puede ser un elemento de negociación, Bolivia tiene el derecho de usarlo en la mesa; creo que no sería una actitud ni criticable, ni que Chile debería sacar de claro, ni de manera inmediata. En el diálogo, la propuesta se discute y evalúa; sin embargo, no sé si el pueblo boliviano está en condiciones de aceptar una fórmula de ‘gas por mar’, lo mismo que los chilenos ‘mar por gas’.
(En cuanto a las negociaciones), creo que el mejor camino es el bilateral. El tratado de 1904 pone la opción trilateral que incluye a Perú, que por cierto ha sido un obstáculo para que las negociaciones entre Bolivia y Chile avancen. Comprendo la decisión del presidente Morales, sin embargo, Chile ya se encuentra en un diferendo con Perú en La Haya.
En caso de que Bolivia vaya a un tribunal internacional, la acción se mezclará con la de Perú y generará confusión; aunque se trata de una decisión soberana del pueblo boliviano y del presidente Morales.
Yo sólo aspiro a que no ocultemos la cabeza como el avestruz y que tomemos el desafío entre nuestros países de este planteamiento de más de 130 años. Creo que el mecanismo adecuado es sentarse y poner las cartas sobre la mesa. Bolivia ha mostrado estabilidad política y social: se ha visto que los últimos tres presidente chilenos se han entendido con un solo mandatario boliviano, lo cual es bueno.
‘Chile verá la idea como un chantaje’: Carlos Mesa, expresidente de Bolivia
La propuesta tiene una hipótesis errada: que se pueda negociar el gas a cambio de soberanía marítima. Si es ésa la idea que tienen sobre vender gas a Chile, entonces se van a chocar contra un muro porque Chile lo va a entender como un chantaje. Un país con poder económico no va a aceptar esa insinuación.
‘La propuesta es una cortina de humo’: Raúl Lema Patiño, expresidente de YPFB (MNR)
El planteamiento no tiene sentido. Chile no necesita el gas boliviano. Ésta es una nueva cortina de humo que hace el Gobierno para cubrir los problemas que no puede solucionar. Hicieron un golpe de Estado a Sánchez de Lozada bajo el pretexto de no vender gas a Chile y ahora quieren hacerlo.
‘Es inaceptable condicionar la venta’: Jorge Tarud,diputado de Chile por el PPD
Somos un país abierto al mercado internacional: no tenemos ideología para el comercio. Se puede realizar acciones de este tipo con países de izquierda o de derecha. No tenemos problema de estudiar una propuesta concreta de comprar gas a Bolivia; lo que es inaceptable es una condición territorial.
‘Chile ya no necesita el gas de Bolivia’: Armando Loaiza, excanciller de Bolivia
Me parece interesante que autoridades de este Gobierno, que en 2003-2004 tuvieron una posición muy tajante respecto a la venta y exportación de gas a/y por Chile hacia México, Estados Unidos, estén reconsiderando el tema tras un análisis; aunque Chile ya no necesita del gas boliviano.
‘Chile también tiene una deuda jurídica’: Juan C. Aldurralde, vicecanciller de Bolivia
Se puede hablar de mecanismos de integración (la venta del gas es una carácter energético) y sólo se avanzará en ella si se resuelve la herida histórica con Chile. Es claro, hay posibilidad de integración, pero Chile no sólo tiene una deuda ética, sino también una jurídica con Bolivia y deben ser pagadas todas.
‘Hay que buscar nuevos mercados’: Eugenio Rojas, senador de la bancada del MAS
No se trata de vender gas a cambio de mar, aunque hay que buscar nuevos mercados. Si no quieren comerciar nuestro gas a Chile, entonces ¿a quién vamos a vender si Brasil deja de comprarnos? Paraguay y Uruguay son mercados muy pequeños y lo peor es que vendemos a Argentina y ellos a Chile.
‘No se aceptará gas por mar’: José Manuel Edwards, diputado de Chile
Chile tiene muchas necesidades energéticas. A Chile le conviene comprar gas boliviano, como a Bolivia le conviene venderle gas a Chile, aunque el pueblo chileno no aceptará negociar “gas por mar”. No creo que sea un chantaje, sino simplemente que es una idea que no tiene destino.
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