viernes, 29 de abril de 2011

29 de Abril: DÍA DEL DERECHO A LA REIVINDICACIÓN MARÍTIMA

Por la fuerza de la justicia


Editorial – EL CAMBIO – 29/04/2011

Diez millones de bolivianos enviaremos hoy al mundo un mensaje de soberanía, dignidad, solidaridad y lucha de un pueblo enclaustrado detrás de sus montañas por una guerra de conquista que hace 132 años nos arrebató nuestra extensa playa —de más de 400 kilómetros— sobre el océano Pacífico y un territorio de 120.000 kilómetros cuadrados; pero fundamentalmente será una voz unánime que demanda la reparación de una injusticia histórica que lacera la hermandad entre los países latinoamericanos.
Hoy, los bolivianos reivindicaremos que la patria nació con una amplia costa sobre el océano Pacífico y que el departamento del Litoral cobijaba a las provincias La Mar, con su capital Cobija; y Atacama, con su capital San Pedro de Atacama, además de los puertos de Antofagasta, Cobija y Mejillones, y las bahías de Mejillones, Algodonales y Herradura.
Ratificaremos ante el mundo que el Primer Tratado de Límites entre Chile y Bolivia, suscrito el 10 de agosto de 1866, fijó como el límite binacional el paralelo 24º de latitud sur y que fue confirmado el 6 de agosto de 1874 por un Segundo Tratado avalado por la Moneda. No obstante, tras un terremoto y tsunami que en 1877 sembró muerte y devastó Tocopilla y Cobija, y después de que Bolivia decidiera cobrar impuestos a las empresas que explotaban sus recursos en esa región para la reconstrucción, unilateralmente Chile rompió el Tratado de 1874 y el 14 de febrero de 1879 invadió Antofagasta.
Esta es la verdad histórica que desnuda aquella falacia que esgrimieron los entonces gobernantes chilenos para justificar la invasión militar del Litoral; de que Bolivia “había violado el Tratado de 1874” y que fue “la causa esencial del estallido de la guerra” el infausto 14 de febrero de 1879.
El Pacto de Tregua suscrito entre Bolivia y Chile en 1884 —que puso fin al estado de beligerancia que hasta entonces existía— entregó a Santiago la administración temporal de parte del Litoral boliviano entre los paralelos 23º y 24º. Se dejó, por consiguiente, abierta la posibilidad de que una vez ajustado el convenio definitivo de paz, ese pedazo —que sólo representaba una tercera parte del territorio disputado—, volviera a la soberanía boliviana. Sin embargo, por el denominado Tratado de Paz y Amistad de 1904, Bolivia, bajo nueva amenaza de guerra por parte de Chile, fue obligada a renunciar a perpetuidad al Litoral.
Según Alan Vargas Lima, esta brutal y sucia amenaza tuvo la virtud, al menos, de reconocer que el Litoral fue siempre boliviano y que Chile se apoderó de él por la fuerza. Tal como, en fecha reciente, lo habían hecho Alemania y Estados Unidos. Estaba claro que si Bolivia persistía en su empeño de no ceder territorio mediante un Tratado, la conquista podía reanudarse hacia el corazón del país.
Y esa amenaza fue expresada el 13 de agosto de 1900 por el embajador chileno Abraham Koening, quien lanzó el ultimátum: “Es un error muy esparcido y que se repite diariamente en la prensa y en la calle, el opinar que Bolivia tiene derecho a exigir un puerto en compensación de su Litoral. No hay tal cosa. Chile ha ocupado el Litoral con el mismo título con que Alemania anexó al Imperio la Alsacia y la Lorena, con el mismo título con el que Estados Unidos han tomado Puerto Rico. Nuestros derechos nacen de la victoria, ley suprema de las naciones”.
“Que el Litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada valiera no habría interés en su conservación. Terminada la guerra, la nación vencedora impone sus condiciones y exige el pago de los gastos ocasionados. Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral. Fue una entrega absoluta, incondicional, perpetua. En consecuencia, Chile no debe nada, no está obligado a nada, mucho menos a la cesión de una zona de terreno y de un puerto”.

En ese contexto, diez millones de bolivianos exclamaremos hoy al mundo que nacimos con mar, y si fuimos enclaustrados por la fuerza de las armas volveremos al Pacífico por la fuerza de la justicia.
“Que el Litoral es rico y que vale muchos millones, eso ya lo sabíamos. Lo guardamos porque vale, que si nada valiera no habría interés en su conservación. (...) Bolivia fue vencida, no tenía con qué pagar y entregó el Litoral”,  confesó Chile en 1900.
Día del Derecho a la Recuperación Marítima abre nueva etapa en relación de Bolivia y Chile
La Paz, 29 Abr (Prensa Palacio).- La primera celebración del Día del Derecho a la Recuperación Marítima, centrada en La Paz, el viernes, marcaba una nueva etapa en las oscilantes relaciones de Bolivia y Chile, álgidas desde fines marzo último cuando el gobierno de Evo Morales anunció su decisión de recurrir a tribunales internacionales para zanjar el diferendo marítimo y luego que el de Sebastián Piñera advirtiera que la soberanía chilena es intangible.
Tras un lustro de diálogos sin resultados concretos, pero que aproximaron a dos países que por poco más de 130 años vivieron de espaldas, con apenas relaciones protocolares, la administración Morales ha instituido el Día del Derecho a la Recuperación Marítima que tendrá epicentro en el estadio Hernando Siles, de La Paz.
Al acto, que presidirá el gobernante boliviano Evo Morales, asistirán el senador chileno Ernesto Navarro, y los emblemáticos conjuntos chilenos Inti Illimani y Los Miserables. También conjuntos folclóricos bolivianos.
"El acto forma parte de una política del Estado anunciada por el presidente Evo Morales Ayma el pasado 23 de marzo para dar mayor fuerza a la reivindicación marítima de Bolivia", anotó el ministro de Comunicación Iván Canelas.
El conjunto de los hermanos Coulon, Inti Illimani, manifestó por anticipado que la actuación en Bolivia es algo consecuente con su "trabajo artístico e histórico".
Lo mismo aseguraron integrantes de Los Miserables, blanco de críticas incluso en foros y redes sociales en Chile.
Tras el anuncio de Morales, el 23 de marzo último, de apelar a la justicia mundial en procura de obtener una salida propia al Océano Pacífico, la palabra "diálogo" es la más pronunciada en las cancillerías de La Paz y Santiago, pero no salta la barrera del verbo.
Mas, como lo anota un diario boliviano, ninguno de ambos da el primer paso, en una partida de ajedrez diplomática.
Los cancilleres de Bolivia, David Choquehuanca, y de Chile, Alfredo Moreno han llamado al diálogo para hallar solución a una cartera de diferendos binacionales, entre los más prominentes la centenaria demanda marítima boliviana y las aguas manantiales del Silala que nacidas en territorio boliviano fluyen a Chile hace 105 sin compensación, y el internacional Río Lauca, que La Moneda desvió unilateralmente en 1962, cuando los vínculos diplomáticos volvieron a quebrarse, como la gran mayoría del siglo XX.
Sin conceder un milímetro en su política de Estado de no ceder soberanía, Chile se pronunció por mantener el diálogo bilateral y evitar el terreno multilateral -donde ya sostiene un litigio con Perú por aguas territoriales- como vía para solucionar la histórica controversia.
Por su parte, Bolivia desahució el diálogo bilateral por lo inconducente de las conversaciones con Chile, entre 2006 y 2010 y ahora prepara el proceso judicial, lo más probable ante la Corte Internacional de La Haya.
La decisión de Bolivia de denunciar a Chile por una salida soberana al mar Pacífico y de sostener, en paralelo, su vocación para dialogar para alcanzar acuerdos sobre los bofedales del Silala y el Río Lauca, generó reacciones encontradas en los poderes en Santiago.
La diputada oficialista Mónica Zalaquett, con voluminosos negocios en joyería en La Paz, calificó de "simplemente ridícula" la pretensión marítima de Bolivia.

Su correligionario senador Jaime Orpis instó a Bolivia a renunciar a una salida soberana al mar si sus autoridades apreciaran la habilitación de un puerto en la caleta de Pisagua, episodio último en la marejada de propuestas que se ha formulado en la historia de décadas y rispideces chileno boliviana y que en 2009 llevó a dos arquitectos trasandinos a plantear la construcción de un kilométrico túnel desde territorio boliviano hasta la costa chileno peruana, cosa de no afectar la frontera entre ambos países.
Los diputados Zalaquett y José Manuel Edwards, miembros de la Comisión de Asuntos Extranjeros del Congreso de Chile, fustigaron la postura boliviana de apelar a tribunales internacionales por una salida marítima, por un lado y, por otra, buscar un acuerdo sobre las aguas dulces por conducto de la conversa.
El nuevo escenario surgía en desmedro de la Agenda de los 13 puntos, que incorporó la demanda marítima y las aguas del Silala y que La Paz y Santiago negociaron durante 5 años y también de los inacabables cabildeos entre 1904, cuando se firmó en circunstancias particulares de presión militar el Tratado de Paz y Límites que sentenció a Bolivia a su encierro geográfico de más de 130 años, y 2005.
Aliados contra Chile, Bolivia y Perú resignaron territorios tras la decimonónica guerra del Pacífico a favor del primero.
Bolivia perdió todo su litoral, 400 km lineales de costa sobre el Pacífico, y 120.000 km2 de territorios en el Atacama.
A su vez Perú cedió las provincias de Iquique y Arica, que marca, esta última, la frontera con Chile, también conocida, entrada ya en aguas marinas, como la Línea de la Concordia, justo por donde Bolivia aspira a fluir al Pacífico.
Encerrada en el corazón geográfico desde 1879, Bolivia demanda a Chile una salida soberana al Pacífico.

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