Crece la opción del voto nulo
Otra elección de carácter plebiscitario
El proceso de elección de las autoridades del Órgano Judicial ha confrontado nuevamente al gobierno con las fuerzas opositoras. Para el MAS, la elección es inédita en la historia de la humanidad en lo que concierne a la democratización de la justicia. Las diversas expresiones de la oposición, en cambio, denuncian la manipulación partidaria en la selección de los candidatos y convergen en la promoción del voto nulo.
La polarización provocará de manera inevitable que la elección tenga nuevamente un carácter plebiscitario: con Evo o contra Evo, votando por listas predefinidas o rechazando el proceso en su conjunto. La elección servirá también para expresar el respaldo o reprobación de las políticas públicas extractivistas y de alto impacto ambiental alentadas por el gobierno de Morales.
Elección judicial, la oportunidad perdida[*]
Daniela Espinoza M.
Las irregularidades en la forma de conducir el proceso de la elección judicial de octubre y la probada postulación de aspirantes afines al Movimiento al Socialismo, parecen confirmar más bien que el gobierno apunta a fortalecer su control sobre el Órgano Judicial.
La elección judicial de octubre iba a ser histórica por muchas razones. En primer lugar porque representaba la oportunidad de iniciar un profundo proceso de auténtica reforma del Órgano Judicial a través de la elección popular de la mayor parte de sus integrantes.
Mediante este procedimiento, inédito en el mundo, Bolivia podía presumir de estar a la vanguardia en materia de profundización de la democracia. Por último, también por vez primera, los jueces habrían tenido que responder a los electores y no a los partidos por sus actos. Sin duda, se trataba de una gran oportunidad, pero son muchas las razones que nos llevan a pensar que se ha desperdiciado. De hecho, ninguno de los pasos que se ha seguido para llegar a la verificación de los comicios en octubre, ha sido resultado de un consenso político. De lo contrario, no existirían las observaciones y críticas que han caracterizado y caracterizan a este proceso.
No se puede negar que el Movimiento al Socialismo, por la vía del voto, alcanzó los dos tercios de mayoría en la Asamblea Legislativa Plurinacional, pero en este caso, más que actuar a nombre de la ciudadanía que respaldó a esa opción política en las elecciones de 2009, lo hizo desde una visión estrictamente partidaria, al extremo que la selección de los candidatos, antes que considerar los méritos profesionales y la trayectoria de los mismos, parece haber valorado prioritariamente la cercanía con el partido de gobierno. No en vano, se ha comprobado que un porcentaje significativo de los aspirantes, bendecidos ya por el Tribunal Supremo Electoral, fueron asesores e incluso ex constituyentes del MAS.
Otro elemento que no deja de ser por lo menos sospechoso es el manejo del tema informativo y de campañas. Si bien son diferentes a los comicios estrictamente políticos, llama la atención la serie de restricciones impuestas a los medios de comunicación y a la sociedad en su conjunto, particularmente en lo que hace a la penalización de cualquier tipo de campaña, a favor o en contra de los candidatos.
Sobre este punto, en una decisión muy cuestionada, el Tribunal Supremo Electoral advirtió con sanciones para aquellas personas o grupos que promuevan el voto nulo, derecho que por cierto está consagrado en la Constitución Política del Estado y que ha figurado siempre como una de las opciones para el elector. Curiosamente el TSE no ha medido con la misma vara las manifestaciones a favor del “voto consigna” de los “movimientos sociales”, quienes han instruido a sus miembros “elegir a los elegidos” por el Movimiento al Socialismo en la Asamblea Plurinacional.
La desinformación seguramente será otro de los aspectos que caracterizará a estos comicios, no sólo por la cantidad de alternativas que aparecen en una boleta de por sí confusa, sino porque a diferencia de procesos hasta cierto punto similares, no se sabrá mucho sobre las virtudes y defectos de los candidatos, quienes tampoco dispondrán del tiempo necesario para difundir sus objetivos en caso de resultar electos.
El “chantaje del cambio” o toda crítica es “neoliberal”
Sin exponer argumentos convincentes para contrarrestar las observaciones, el gobierno se ha limitado a señalar que las críticas constituyen un “sabotaje” al proceso de transformación y que provienen de dirigentes partidarios vinculados al “viejo sistema”.
Los analistas advierten en este discurso una suerte de “chantaje del cambio”, por cuanto toda posición disidente y democrática de inmediato corre el riesgo de ser estigmatizada, no sólo en temas como el de la elección judicial, sino en otros mucho más urticantes como la lucha contra el narcotráfico, denuncias de corrupción, etc.
Cuando el líder de Unidad Nacional, Samuel Doria Medina, anunció que su organización promovería el voto nulo, el vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera no respondió a las críticas, pero sí le recordó su pasado en el MIR y los manejos del Poder Judicial en otras épocas.
La respuesta ha sido similar cuando los cuestionamientos provinieron del líder del Movimiento Sin Miedo, Juan del Granado, a quien pese a haber sido aliado del MAS durante gran parte de la gestión de gobierno, también ha tenido que escuchar referencias a su participación, como militante del MBL, en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (19931997).
La línea comunicacional que maneja el gobierno en todos estos casos, incluido el de la elección judicial, es la descalificación inmediata del mensajero, pero de ninguna manera se refiere al mensaje, metodología que no es nueva o que, por lo menos, no lo es en gobiernos que sienten una verdadera y no muy democrática aversión a la crítica. En esa línea, el viceministro de Justicia, Marcelo Cox, advierte que la oposición está estigmatizando un proceso al señalar que gran parte de los ciudadanos elegidos por la Asamblea tienen afinidad con el partido de gobierno, “cuando se ha comprobado que el 75% de los ciudadanos que participarán en los comicios no tienen ninguna experiencia de trabajo con la actual gestión gubernamental”.
Llama la atención, añade, que “antes nadie cuestionaba el hecho de que se eligiera a los responsables de la justicia por dos tercios de los votos del Parlamento. Lo que antes era considerado democracia hoy ya no lo es”.
El ex defensor del Pueblo, Waldo Albarracín, asegura que la población no está cuestionando el proceso como tal, sino la forma en que se lo realiza. “Si de lo que se trataba era de construir una Fiscalía y un Ministerio Público autónomos el procedimiento debió ir por otro lado”, señala a tiempo de advertir que lo que en los hechos se demuestra es que el MAS quiere copar todo el poder en el país. Y lo más lamentable, sigue, es el hecho de que se elige por el ciudadano, en lugar de que éste lo haga libremente.
La diputada de UN, Elizabeth Reyes, coincide con Albarracín y afirma que lo que se está tratando de hacer es poner a la justicia al servicio de la denominada “revolución”, cuando lo que se debería hacer –y así lo está planteando Unidad Nacional– es llevar adelante un proceso que garantice una justicia verdaderamente independiente y sin subordinaciones.
“Debemos meditar sobre el hecho de que sólo el 1% de los abogados que hay en el país se ha presentado a la convocatoria, lo que nos hace pensar que algo está verdaderamente mal en el proceso, desde sus inicios híbrido, por la forma en que se lo organizó”, añade.
Al respecto, el senador por el MAS, Adolfo Mendoza, señala que no se puede hacer una lectura procedimentalista del proceso sin llegar a la esencia del mismo, que es la elección. “El respaldo del voto popular hace toda la diferencia y hay que ver cómo va a funcionar una autoridad de justicia con ese respaldo”.
Albarracín señala que el voto popular no puede ser el factor que le de validación al proceso, “más en una elección en la que el ciudadano, efectivamente votará, pero no elegirá, porque la Asamblea Plurinacional ya lo hizo por él”.
“El hecho de que se esté condicionando el voto a determinados aspectos, convierte a esta elección en un proceso viciado, que debe ser reparado”, dice el ex Defensor. Por otro lado, Mendoza asegura que el tema de la calificación de los postulantes es relativo y no puede ser sesgado. Si de lo que se trata es de constatar que las personas tengan méritos profesionales, la Asamblea así lo hizo. “Antes no conocíamos ni siquiera los méritos de las personas que se hacían cargo de la justicia”.
Alternativas de la oposición
Debilitada y dividida, la oposición ha coincidido en proponer el “voto nulo” como una consigna en torno a la cual se construya un movimiento democrático ciudadano que, independientemente de los liderazgos y partidos, logre restar legitimidad a las elecciones de octubre y demostrar, de una manera casi plebiscitaria, el rechazo de la sociedad a un comportamiento no democrático del gobierno en el ámbito de la construcción de una justicia genuinamente independiente.
Según Luis Pedraza, senador por Convergencia Nacional, el verdadero trasfondo de este proceso es la destrucción de varios conceptos fundamentales que hacen al ejercicio democrático, por lo que no queda otra alternativa, más allá de las anomalías que han caracterizado a la elección judicial, que defender al sistema que hoy está en riesgo.
“Se ha cambiado el contenido del poder y lo que menos importa hoy es el número de votos. El soberano ya no decide. Hemos perdido hasta ahora lo que construimos con esfuerzo: la papeleta multicolor y multi signo y el control electoral. La mayoría democrática se ha borrado en este ejercicio y, por tanto, la democracia está siendo casi borrada en su esencia”, lamenta.
Pedraza afirma que la coincidencia entre los opositores es prácticamente unánime y que incluso sectores antes afines al MAS, como el CONAMAQ y otras organizaciones sociales y campesinas, se han manifestado en contra del manejo irregular del proceso que conducirá a las elecciones de octubre.
[*]Publicado en: Revista NUEVA CRÓNICA y BUEN GOBIERNO. Nº 89. Primera quincena de agosto de 2011. Pág. 4.
Transcripción del texto: Abog. Alan E. Vargas Lima (Responsable del Blog Jurídico TREN FUGITIVO BOLIVIANO).
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