Un año electoral
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Aunque los ímpetus electorales se acentuaron desde hace varias semanas, este 2014 será para el país un año auténtico de campañas políticas debido a las elecciones generales previstas para octubre.
El panorama ha comenzado a enrarecerse, por la conjunción de cuestionamientos entre una y otra organización, con el inicio de aprestos electorales, como el anunciado por el Movimiento Sin Miedo (MSM) o el propuesto por el Movimiento Al Socialismo (MAS), que ha empezado a estructurar su estrategia.
Ante esta situación, a nueve meses de los comicios, ¿cómo entender la actuación del Gobierno, que tiene como candidato a la reelección al presidente Evo Morales, y de la oposición, que se cree que debe fiscalizar la gestión gubernamental? Será complejo comprender, por ejemplo, que la entrega de una obra no tenga color electoral o que los cuestionamientos a la gestión pública no tenga matiz proselitista.
Los partidos políticos, cuatro visibles hasta ahora, ya se encuentran completamente identificados con el proceso de sucesión o ratificación presidencial. Será difícil para ellos zafarse de la subjetividad a la hora de hablar de sus contrarios; los unos dirán que hacen gestión y no campaña, y los otros afirmarán que la fiscalización que hacen al partido de gobierno es auténtica, librada de matices electorales.
Hay que admitir que el año que cursa cinco días es nomás electoral. Tanto el Gobierno, las alcaldías y gobernaciones vinculadas a fuerzas políticas, como los partidos políticos de oposición deberían hacer esfuerzos necesarios por separar sus responsabilidades de sus campañas.
No sería honesto para el país descuidar la administración estatal o apuntar a ésta sin sinceridad por solo los afanes de octubre. De todos modos, el pueblo tiene experiencia en sopesar cuándo un determinado candidato o frente político actúa en consecuencia con sus principios o cuándo por solo demagogia.
El editor
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Expectativas partidarias tras agitarse la bandera a cuadros del año electoral
El MAS apunta a lograr el 74% de votos, el Frente Amplio de UN pretende unificar a la oposición, el MDS quiere socializar su proyecto y el MSM busca desplegar toda su potencialidad en las calles.
La Razón (Edición Impresa) / Ricardo Aguilar Agramont / La Paz
00:07 / 05 de enero de 2014
Empezó el año de las elecciones... No obstante, parece haber comenzado hace meses, por lo que en rigor habrá que hablar al menos del “año y medio” electoral... En una anterior entrevista, la analista política María Teresa Zegada señala que esto se debe a la “dinámica” que propone el partido gubernamental, el Movimiento Al Socialismo (MAS), que obliga a los opositores a tratar de no quedarse en la zaga, en la medida de lo posible. Hasta ahora hay cuatro frentes con presencia institucional nacional confirmados para terciar en los comicios: el MAS, el Movimiento Sin Miedo (MSM), el Frente Amplio liderado por Unidad Nacional (FA-UN) y el Movimiento Demócrata Social (MDS). ¿Cuáles son las expectativas con las que inician esta gestión signada por el aroma de las urnas?
Si bien el Tribunal Supremo Electoral (TSE) todavía no hizo una convocatoria, está prevista para febrero la publicación de ésta (se maneja que sea el 5 o el 19 de octubre). Aparte, la entidad definió el jueves las sanciones para las organizaciones políticas que realicen campañas proselitistas antes de la convocatoria oficial (60 salarios mínimos vigentes al momento de la comisión del delito electoral), ya que éstas deben iniciarse 90 días antes de la votación. A pesar de ello, ha sido claro que las cuatro tiendas políticas contrincantes han comenzado meses atrás su “campaña”, unas con menos disimulo que otras, cuidando de no hacer un pedido directo de votos: el MAS lo hizo teniendo como vocero al presidente Evo Morales, quien dijo que el frente oficialista y sus militantes ya se encuentran en campaña; el MSM con spots que hablan de democracia y lucha contra la corrupción; los “demócratas” a través de spots que resaltan la gestión de Rubén Costas en la Gobernación de Santa Cruz y son transmitidos en cadenas nacionales; y el FA-UN con spots de la empresa Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce) en los que se muestra a su líder, Samuel Doria Medina, apoyando a microempresarios y a otros proyectos productivos.
Lógicamente, las cuatro fuerzas apuestan a ganador, incluso las opositoras, a sabiendas de la convocatoria del MAS que ha sido demostrada en anteriores elecciones nacionales. Aparte, es sabido que un mal resultado en los comicios, sea por las razones que fueren, puede devenir en la extinción inmediata de una agrupación política —como sucedió por ejemplo con Acción Democrática Nacionalista (ADN) en 2002— o en una agonía de cinco años: como fueron los casos de Poder Democrático Social (Podemos), de 2005 a 2009, y Convergencia Nacional (CN), de 2009 a 2013; éste último par se fue extinguiendo lentamente tras haber conseguido un resultado mediocre en las urnas, aunque con su representación en la ahora Asamblea Legislativa Plurinacional fueron las principales fuerzas opositoras. El único caso de persistencia sostenida es Unidad Nacional, que sigue vigente a pesar de llegar al 7,8% de votación en 2005, y al 5,8% en 2009.
El Frente Amplio impulsado por UN tiene como expectativa romper la tara de las dos últimas elecciones generales y, por supuesto, destronar a Morales. Y planea lograrlo haciendo honor a su nombre: “Unidad Nacional”, según su dirigente y vocero Arturo Murillo. “Como nuestro nombre lo dice, trabajamos por la unidad nacional, por un Frente Amplio, porque es la única forma de generar una alternativa para este año”. Hay que recordar que esta fórmula, ensayada ya por la oposición, tuvo buenos resultados regionales, lo que no necesariamente tiene por qué ser extensible al ámbito nacional. El caso paradigmático es el de la Gobernación del Beni, que fue ganada por el frente Primero el Beni, de Carmelo Lens, que aglutinó a tiendas políticas como UN y consiguió derrotar a la aspirante oficialista Jessica Jordan con más del 10% de diferencia; y también sucedió esto en la pulseta por la Alcaldía de Sucre, que fue ganada por Líder, de Moisés Torres.
“Evo Morales está preocupado por la unidad, sabe que ésta puede derrotar su proyecto pese a todos los recursos económicos con los que cuenta. En resumen, éste fue el mayor logro de Samuel Doria Medina, aglutinar fuerzas no alrededor de una persona, con unas primarias a la boliviana”. El FA-UN espera lograr consensuar un solo candidato, un desafío a corto plazo. Al respecto, el mandamás de los “demócratas”, Rubén Costas, dio señales de participar en unas primarias semejantes durante sus congresos y encuentros, aunque ello aún está por verse. Esta propuesta, sin embargo, queda descartada para el MSM, partido que repitió hasta el cansancio que irá a las elecciones por su cuenta. “Los que buscan generar la división están trabajando para el MAS, quien quiera trabajar por el país debe competir en el Frente Amplio”, juzga Murillo.
Otro de los planteamientos del Frente Amplio es realizar una encuesta para definir al postulante opositor (método con el cual se eligió a Lens en Beni); pero el tiempo corre y los comicios están a la vuelta de la esquina. “Rubén Costas ha dado esas señales, (el exgobernador beniano) Ernesto Suárez también fue muy claro y en la primera o segunda quincena de enero tendremos configurado cómo se escogerá al postulante; no se puede pasar de febrero sin éste”. Otro reto es tener un proyecto de país que pueda ser consensuado con los otros frentes que participen en estas “primarias a la boliviana”.
El MDS también sostiene que tiene la musculatura para salir airoso en la pulseta electoral de este año, de acuerdo con su vocero José María Leyes. ¿Cómo?, se preguntará más de uno viendo los resultados de las dos últimas elecciones que dieron una mayoría inédita al MAS... La disyuntiva en que se encuentran los “demócratas” es una: participar en las primarias con el Frente Amplio o lanzarse solos a la piscina como el MSM. Por el momento, el panorama es ambiguo, pues las declaraciones de Costas, a lo largo de 2013, no fueron contundentes al respecto, empero, ya fue presentado como el aspirante presidencial de su agrupación. Quien sí es conclusivo es Leyes, quien afirma que “si el Frente Amplio quiere hacer o no primarias” es algo que atinge solo a esa organización.
Los “demócratas” ya cuenta con sus documentos fundacionales aprobados en el TSE. O sea, en cuanto a lo formal ya tienen “todo listo”. “Nos encontramos en la etapa de socialización con el electorado nacional”, explica Leyes, quien adelanta una de las actividades propagandísticas que realizarán y que, al menos para este artículo omitieron las otras fuerzas: hacer campaña en el exterior del país. “En enero se consolidan las estructuras departamentales y luego se socializará el proyecto de país en todo Bolivia, en Argentina, Brasil, Estados Unidos y España”. Estas últimas cuatro naciones son las que cuentan con mayor número de compatriotas, población que votará por primera vez en la historia de la democracia boliviana. Y a manera de conclusión, Leyes remarca su propuesta partidaria de país con una noción: el Estado Boliviano Autonomista Indígena. La intención parece querer adherirse al nuevo imaginario político que se ha creado y que la analista Helena Argirakis llama “reconfiguración étnica del poder”.
Al otro lado del puente está el partido gubernamental. Su expectativa no solamente es ganar las justas electorales, sino hacerlo con el 74% de votos, tal como lo pidió en su momento el Primer Mandatario. “La Dirección del MAS ha estado reuniéndose con las organizaciones sociales para poner en agenda y profundizar el proceso de cambio. Estamos seguros de que el compañero Evo va a ganar”, adelanta Concepción Ortiz, subjefa del partido oficialista. La dirigente comenta que en el futuro inmediato de su cronograma se perfilan dos ampliados para preparar su “programa de Gobierno con base en la Agenda Patriótica 2025. En estas reuniones estarán los movimientos sociales, además de la Central Obrera Boliviana (COB)”; ésta última tenía planificado participar en las elecciones con su propia sigla, el Partido de los Trabajadores, pero decidió apoyar al MAS, por lo que incluso el Presidente anunció de que su frente será imbatible y convocó a sus bases a derrotar y “enterrar” a la derecha que terciará en la pulseta de fin de año.
Aparte, Ortiz indica que queda pendiente organizar una proclama conclusiva del candidato Evo Morales, a pesar de que éste fue vitoriado como tal varias veces en ampliados. Eso sí, la representante masista no se anima a prometer nada sobre la repostulación del vicepresidente Álvaro García Linera, aunque éste igualmente fue ratificado como acompañante del líder cocalero en reuniones oficialistas y si bien la Ley de Aplicación Normativa lo habilita al igual que a Morales para volver a ocupar el cargo. Aparte de esto, para el MAS todo va viento en popa. “Tenemos estructura consolidada, lo que nos facilita las elecciones. Quien quiera derrotar a Evo, en realidad quiere derrotar al pueblo boliviano”, advierte.
Por último están los “sin miedo”, bajo la batuta del exaliado del MAS y alcalde paceño Juan del Granado. Una de sus fortalezas es que al igual que el MAS tiene una estructura partidaria consolidada. Así lo subraya su secretario político permanente, Edwin Herrera. “Estamos muy bien acondicionados en términos ideológicos, con nuestras bases de programa de gobierno, una estructura partidaria nacional democratizada y un muy buen candidato que es Del Granado”. Esta tienda política realizó sus comicios internos el año pasado y le queda socializar su planteamiento mediante “un contacto directo” con la gente en las calles, explicando su proyecto de país y dando a conocer a su postulante.
Herrera confiesa que su principal dificultad es la limitación de recursos económicos con que cuentan, cosa que pretenden subsanar con “creatividad” y desplegando toda su “potencialidad” en las calles. Y por supuesto, al igual que las anteriores organizaciones, el MSM espera ganar la contienda electoral: “Si hacemos bien las cosas y renovamos la rebeldía, vamos a ganar. No estamos entrando a tener más experiencia, sino a ganar”. Así comienza este curioso año electoral que al final de cuentas durará más de doce meses... Todos creen en la victoria, más aún el oficialismo, pues hay que mostrar seguridad al electorado, por más de que los opositores sepan que será difícil vencer al masismo, y que no será algo sencillo llegar al 74% de votos, en el caso del MAS. Éstas son las expectativas con miras a la pulseta que definirá el gobierno del próximo quinquenio.
‘Esperamos unas justas limpias’: Edwin Herrera es secretario político permanente del MSM
Nosotros participamos no para ganar experiencia, sino para ganar las elecciones. Esperamos que el árbitro del partido sea imparcial, que no sea bombero y los contrincantes jueguen limpiamente. Vamos a entrar a ganar el partido, nos hemos preparado para ello. Tenemos una identidad ideológica definida y una estructura partidaria nacional democratizada.
‘Tenemos un partido y un candidato: Costas’: José María Leyes es vocero del MDS
Nosotros tenemos un partido y tenemos un candidato, es Rubén Costas. Si el Frente Amplio hace primarias o lo definen en una partida de cacho, es una decisión de ellos. Nosotros no somos parte del Frente Amplio, ni de Unidad Nacional y tenemos un candidato ganador que ha ganado más de siete veces al MAS en Santa Cruz y va a ganar ahora en todo Bolivia
‘Estamos seguros de que Evo volverá a ganar’: Concepción Ortiz es subjefa del MAS
Nosotros estamos seguros de que el compañero Evo Morales va a volver a ganar las elecciones. Como ya se fijó en los ampliados, llegaremos al 74% de los votos. Según la evaluación de las organizaciones sociales del trópico de Cochabamba, ahí llegaremos al 100%; eso han garantizado. Estamos conscientes de que el pueblo boliviano que ha sido olvidado nos apoya.
‘No podemos pasar febrero sin candidato’: Arturo Murillo es vocero del Frente Amplio
La primera o segunda quincena de enero tendremos definido cómo elegir al candidato de la unidad. No podemos pasar de febrero sin tener nuestro candidato, de lo contrario vamos a llegar a carnavales con un carnaval de candidatos y eso va a perjudicar al país y va a beneficiar al poder hegemónico de Evo Morales. Por ello hay que unificar nuestro proyecto de país.
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