lunes, 18 de julio de 2011

EVO MORALES: ¿Viraje a la Izquierda en Bolivia?

RAZA POLÍTICA


Marta Lagos. Ella es directora de Latinobarómetro, una corporación de estudios y mercado importante en la región que realiza encuestas de percepción sobre democracia, política, instituciones, políticas sociales, integración, género y discriminación, entre otros temas. Es también gerente en Chile de Mori, y una reconocida líder de opinión sobre democracia local e internacional. La semana pasada estuvo en La Paz, donde presentó un informe sobre la evolución de la democracia entre 1995 y 2010.

‘Con Evo no hubo viraje a la izquierda’

La Razón – Domingo 17 de julio de 2011
La experta presentó en La Paz un estudio que en América Latina derivó de 270.000 entrevistas durante 15 años. Dice que la democracia en Bolivia es la más consolidada de la región.

Cualquiera pensaría que con la llegada de Evo Morales al Gobierno, el país sufrió un viraje a la izquierda. Nada de eso pasó en la percepción de los bolivianos que, según Marta Lagos, la directora de la afamada corporación Latinobarómetro, Bolivia está en una posición política de izquierda desde hace 10 años.
Sin embargo, más allá de la izquierda o la derecha, lo que resalta la encuestadora chilena, socia de la multinacional Mori, es que en los últimos años la democracia en Bolivia se ha consolidado mejor que en otros países de América Latina, debido especialmente a la redistribución de ingresos y la inclusión social, aplicadas por la administración actual. Es que sus estudios de percepción de 15 años, entre 1995 y el 2010, le mostraron hasta una calificación militante del proceso político que vive el país.
Claro, comenta que la hegemonía por largo tiempo es dañina y, para evitar eso, plantea una reforma política capaz de conformar un balance entre oficialismo y oposición.
— ¿Qué imperfecciones encuentra en la democracia boliviana?
— Hay una crisis de representación en el sistema político. Se necesita una redefinición del sistema de partidos para que puedan estar representadas ciertas diversidades que están causando conflictos. Alguien tiene que canalizar estas diversidades en el sistema de partidos. Una reforma política parece inevitable…
— Ya hubo varias reformas...
— No tienen éxito (las reformas). Vamos en una quinta generación de reforma educacional en mi país y tenemos a 100.000 jóvenes (protestando) en la calle. No hay que darse por vencidos. Las reformas educacionales en Chile han fracasado estrepitosamente, por eso hay 100.000 estudiantes en la calle.
— ¿La Ley de Agrupaciones Ciudadanas, los referendos de consulta o de revocatorio no tuvieron incidencia en esta reconfiguración política?
— La democracia representativa se canaliza a través del sistema de partidos. Los plebiscitos y referendos son mecanismos extraordinarios del sistema de representación. No se puede vivir del referéndum, además la información de la gente es manipulable, si sobre todo los problemas son complejos…
— Pero tienen incidencia en caso de que los partidos pudieran promover cierta posición…
— Los partidos políticos deberían ser los actores centrales, así funciona la democracia representativa. Los referendos son elementos extraordinarios; si se abusa de eso no se fortalece el sistema político, (sólo) está solucionando los temas.
— ¿Eso implica que la hegemonía política, en el caso del Gobierno de Bolivia, le está haciendo daño al sistema político?
— Las democracias necesitan oposiciones. Un partido sin oposición se vuelve corrupto porque en un inicio puede ser idílico, pero al final es un partido sin controles. Las democracias funcionan sobre la base del Gobierno y la oposición.
Es necesario que haya partidos de oposición, que sean fuertes, que puedan controlar, que puedan interpelar lo que hace el Gobierno.
— ¿Es posible en Bolivia eso, donde hay una oposición débil?
— El fortalecimiento de partidos políticos es uno de los elementos centrales de la democracia. Para eso se necesita oposición, que tiene que tener partidos políticos financiados, que no tienen que tener dinero bajo la mesa de los empresarios. Todo tiene que ser transparente.
— ¿A quién le corresponde hacer esa reforma, considerando que el partido de gobierno puede estar muy conforme con la hegemonía que tiene?
— Es un problema, pero le correspondería al Estado, al Gobierno, que permita la existencia de una oposición. Un Gobierno que no quiere tener oposición —voy a decir algo brutal— está destinado a desaparecer. Ningún Gobierno se puede mantener para siempre en el poder; no sucedió en ninguna parte. Puede resultar por un corto periodo de tiempo, no para largo plazo. A medida que pasa el tiempo un partido que se cree hegemónico se va a dar cuenta que necesita un adversario.
— ¿Cree que esa búsqueda de hegemonía implica también persecución política?
— En América Latina, en general, existe persecución política, económica, social y cultural. En Bolivia, el antagonismo y la desconfianza de la gente hacen que los ataques sean una manera de defenderse. Lo que hace un latinoamericano es defenderse contra el otro y, para defenderse, ataca. Eso, por supuesto, sucede en la política. Por eso es necesario tener en la política esos controles, el balance de las oposiciones.
Las oposiciones débiles son malas porque hacen que el Gobierno haga lo que quiere. Por eso la satisfacción con la democracia es baja acá (en Bolivia), porque no hay una rendición de cuentas. El Gobierno tiene que tener alguien a quien le dé cuentas, y ese alguien es un “para del”, no puede ser “él” por encima de las cosas.
— ¿Y no le corresponde a la oposición preocuparse de eso?
— La oposición debería tener también su propia capacidad, como dije de Steve Jobs, un tipo visionario que no le pide permiso a nadie de sentarse en un garaje a inventar.
Aquí le pedimos permiso de todo a todos y ése es un problema del sistema político. ¿El fulano le puede pedir permiso al Gobierno para hacer oposición? No le puede pedir permiso, tiene que ser oposición. Si le pide permiso, obviamente, el Gobierno le va a decir que no. ¿Qué Gobierno dice ‘sí, señor, venga, pégueme nomás’?
— ¿Cómo tendría que reinventarse la oposición?
— Es un tema de otra naturaleza. La oposición tendría que existir. Son pasos que faltan para que esta democracia se fortalezca: control, supervisión, rendición de cuentas y balance. No le echen la culpa al partido de gobierno, que por supuesto tiene un rol; pero la responsabilidad es de la oposición.
De nuevo voy al ejemplo de Steve Jobs: deberían pararse ellos (la oposición) y decir ‘aquí estamos’, si son oposición y piensan distinto. Si no se sientan en la mesa, es problema de ellos, no hay nada que hacer.
— ¿Tiene futuro esta oposición?
— Yo veo dificultades en la formación de los partidos políticos en toda América Latina, porque la desconfianza hace que sea muy difícil que gente que piensa distinto se siente en la mesa. Para que haya oposición y partidos es necesario llegar a consensos en pequeños grupos atomizados.
Lo que se ve aquí es lo mismo que en todos los países de América Latina: cada uno dice ‘yo de aquí no me muevo porque mis principios…’ y el del lado dice lo mismo. No hay oposición porque los grupos son chicos y no son capaces de una sola mención de algo.
— ¿Cómo está encaminada la democracia en Bolivia?
— Muy bien, muy bien. Está muy encaminada y tiene estos problemas. Está mejor encaminada que otros países que no han logrado los avances que se han logrado aquí.
— Parece una percepción de izquierda.
— A mí me dicen un día que soy de derecha y otro, de izquierda.
— Mejor para usted...
— Yo creo que hay un problema de definición de izquierda y de derecha; por lo menos eso me dicen mis datos: la democracia en Bolivia está espléndida.
— ¿Y de izquierda desde la actuación ciudadana?
— No hay ningún viraje a la izquierda, está ahí mismo. Es una ilusión.
— ¿Por qué?
— Yo tengo una línea plana: entre estar en izquierda o derecha, los bolivianos se ubican en un 4,8 (de uno a 10) desde hace una década, mucho antes de Evo Morales.
— ¿Cuál es la variable que le permite probar eso?
— El promedio de cero a la izquierda y 10 a la derecha. ¿Dónde se ubica usted? El promedio de Bolivia es 4,8 y el de la región 5,3, más a la derecha. Pero Bolivia no está en el tres. Ningún país, ni Ecuador ni Venezuela ni Nicaragua, tiene una masa crítica de mucha gente de izquierda.
Y los gobiernos para ser reelegidos necesitan un voto del centro, Morales también.
No existe totalitarismo y ‘es una locura elegir jueces’
— Su percepción es contraria a la de los conservadores, que señalan que Bolivia vive un Gobierno totalitario y autoritario.
— Las democracias latinoamericanas son imperfectas; ninguna, ni la mía, (es perfecta). Decir que la democracia boliviana es autoritaria o totalitaria, no tengo ningún dato que me diga eso. Uno podría hablar de las imperfecciones de la democracia boliviana, bien del pueblo, que no tiene una cultura cívica lo suficientemente consolidada como para consolidar la democracia, pensando en el pago de los impuestos.
Sí, por supuesto, el proceso de cambio que ha sufrido Bolivia es revolucionario, es lo más cercano a una revolución hecha por el Estado. Desde ese punto de vista, no cabe la menor duda en sentido de si los procesos de reforma históricamente han traído consigo movimientos en contra, evidentemente este proceso tiene que tener muchos detractores; así tiene que ser.
— Bolivia vive un proceso inédito de elecciones judiciales...
— Ningún país del mundo ha hecho lo que intenta hacer Bolivia con los jueces. No sé qué impacto podrá tener sobre el sistema judicial, que ya está en el suelo y no tiene credibilidad en la gente; la percepción de injusticia es total. Por lo tanto, las reformas judiciales que se han hecho en muchos países no han servido para aumentar la percepción de confianza en el sistema judicial y en la justicia. Desde ese punto de vista las reformas judiciales han fracasado.
Bolivia ha hecho las cosas de manera muy distinta, parece una locura elegir juez, porque es como elegir un médico por votación popular. Uno elige a un médico por simpático o porque salva pacientes.
En el tema judicial puede resultar ser un proceso, pero hay que darle el beneficio de la duda. Si va a suceder, uno dice ‘perdón, si no lo ha hecho nadie, esto puede ser una buena idea’. Puede ser un fracaso total, se arriesga muchísimo y cómo se hace eso irreversible, pero ésta no es la primera vez que Bolivia hace cosas raras y en algunas cosas raras les ha ido bien.

No hay comentarios: