El mar obliga a un giro en la diplomacia boliviana
El desafío de lograr el apoyo internacional
La Razón
Para Bolivia será vital sumar apoyo político en torno a la nueva estrategia marítima. Ese objetivo, como algo simultáneo al desarrollo de la demanda jurídica, está destinado a los funcionarios del servicio exterior, quienes deben difundir el mensaje marítimo y captar apoyo de la mayoría de las naciones.
La política exterior se desarrolla de acuerdo con los intereses de un Estado. En el caso de Bolivia, y desde el 23 de marzo, el país inició el desafío —en todos los escenarios multilaterales— de sumar apoyo político para impulsar la nueva estrategia marítima. A raíz de este viraje, el presidente Evo Morales instruyó a todos los funcionarios del servicio exterior difundir la demanda centenaria.
Ahora, surge una cuestionante. ¿Están capacitados estos representantes para propagar la instructiva presidencial y así lograr la necesaria ayuda política de otras naciones?
En una primera instancia, y al margen de la interrogante, el Gobierno estableció un giro trascendental en la política exterior para lograr el objetivo político. Así, los escenarios multilaterales —según Diego Pari, embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA),— son “determinantes” para lograr un apoyo diplomático.
Como un antecedente favorable para la estrategia marítima, repasemos lo que pasó en la X Asamblea General de la OEA desarrollada en La Paz en 1979, cuando se aprobó la Resolución 426: “La cuestión marítima es un asunto hemisférico permanente y es necesario encontrar una solución justa, y equitativa que proporcione a Bolivia un acceso soberano y útil al océano Pacífico. Recomendar a los estados, a los que este problema concierne directamente, que inicien negociaciones encaminadas a dar a Bolivia una conexión territorial libre y soberana con el océano Pacífico, y asimismo tener en cuenta el planteamiento boliviano de no incluir compensaciones territoriales”.
Durante 11 años, la OEA emitió igual número de resoluciones a favor de la demanda boliviana. En 1980, 1981 y 1983 Chile dio su apoyo a estas conclusiones. En 1980 el organismo exhortó a ambos Estados a que a través de las “vías correspondientes” inicien un diálogo que permita la solución “más satisfactoria”. Tanto en 1981 y 1983 recomendó una acción similar.
Diego Pari, posesionado el 4 de mayo de este año, adelanta que una de las prioridades de su gestión será tratar en el escenario multilateral la demanda marítima. Incluso dice que, para consolidar el apoyo político, Bolivia promoverá una estrategia diplomática para lograr una nueva resolución satisfactoria en la Asamblea General de la OEA del 2012, que se desarrollará en Cochabamba, Bolivia.
“Un tema indiscutible que debemos trabajar en estos espacios es la reivindicación legítima, justa y legal del mar. De ahí surge el giro a la diplomacia boliviana”, asegura Pari.
Vistas. Otro escenario que Bolivia debe aprovechar para una respuesta de parte de Chile es la Organización de Naciones Unidas (ONU), organismo que ya tiene conocimiento de la demanda marítima boliviana, ya que el 2003 ante el plenario de su 58° Asamblea, el entonces vicepresidente Carlos Mesa Gisbert expuso que Bolivia no renunciará a la soberanía marítima.
Ahora, la misión diplomática de difusión de la estrategia fue planteada desde los gobiernos anteriores, pero en esta gestión —la de Evo Morales— se profundiza la instructiva para llegar no sólo a la OEA y la ONU, sino también tener un contacto directo, y así concretar el apoyo político, con las cancillerías de otras naciones donde Bolivia está acreditada.
El ex canciller Armando Loaiza explica que en diplomacia existen ciertos mecanismos para lograr los intereses generales de una nación. A diferencia de lo que piensa el canciller David Choquehuanca, que pide a los servidores de las embajadas bolivianas evitar acudir a cócteles para no perder tiempo, Loaiza establece que en estas actividades sociales es donde se debería poner en primer plano la nueva estrategia marítima, ya que es ahí donde se junta la masa diplomática de diferentes países.
En las críticas, Bolivia estableció tres niveles de relacionamiento: el primero es con los países vecinos, como Chile, Perú, Brasil o Argentina; un segundo es con Estados Unidos y, por último, con la Unión Europea (UE). Se sabe que con el segundo, la administración de Morales decidió quebrar relaciones diplomáticas el 2008, factor, que según Loiza, podría afectar a Bolivia en la promoción de la estrategia marítima.
Para el Gobierno, la cosa está clara. Mientras todos los funcionarios del servicio exterior difundan la estrategia, se podrá lograr el apoyo político —como suplemento a la demanda jurídica— y así lograr la soberanía marítima.
Capacidad. De ser así, el designar a autoridades en el servicio externo puede crear ciertas susceptibilidades.
Acá se suma otra crítica, ya que las últimas designaciones diplomáticas (embajadores en Colombia, Perú, Bélgica y la OEA) van en contradicción con el pedido de Evo Morales a la Cancillería, de contar con una terna de expertos en derecho internacional para ocupar la acefalía que en breve dejará Walker San Miguel en el consulado en Chile.
Dentro ese panorama, y sin ánimo de desear una mala gestión, un país clave para apoyar esta demanda es Perú, donde recién se designó a Jorge Ledezma como embajador. El político — porque fue diputado del MAS y Gobernador interino de Cochabamba— parece haber llegado al cargo por su trayectoria político-sindical y no por sus méritos diplomáticos. El funcionario, empero, antes de partir al vecino país, prometió que impulsará la estrategia marítima en todos los niveles.
Como punto a favor, Loaiza destaca que Choquehuanca haya designado a San Miguel como cónsul de Bolivia en Santiago, ya que el ex ministro tiene experiencia en leyes y aunque se le cuestione por no conocer los ámbitos diplomáticos, es una persona cercana y de confianza de Morales.
Para generar más debate sobre la temática marítima y lograr que Chile se pronuncie y envíe mensajes positivos, los funcionarios del servicio exterior deben presionar e inculcar, en todos los ámbitos, la política marítima, que al menos, desde las esferas periodísticas se conoce poco o casi nada. Es decir, sólo existe el anuncio de acudir a tribunales internacionales y algunos intentos de seducir a abogados expertos en litigios internacionales y de renombre mundial.
Canciller pide socializar la estrategia marítima
El canciller David Choquehuanca pidió al servicio exterior propagar la nueva estrategia marítima en los países donde radica. “El tema marítimo se debe combinar con la agenda específica que tiene el país con otros países. Se debe aplicar lo multilateral y así se podrá lograr resultados”, dijo la autoridad en el acto de posesión de cuatro embajadores de Bolivia, el 4 de mayo.
David Choquehuanca
Canciller de Bolivia
La primera tarea del embajador ante la OEA
Lo dijo minutos después del acto de su posesión. “Un tema indiscutible que debemos trabajar en estos espacios es la reivindicación legítima, justa y legal del mar. De ahí surge el giro a la diplomacia boliviana. Estamos trabajando una propuesta y una estrategia conjunta”, afirmó Diego Pari, embajador de Bolivia ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Diego Pari
Embajador ante la OEA
Se debe evitar caer en especulaciones
Para el ex canciller de la República Armando Loaiza la demanda jurídica cayó en la improvisación. Dijo que un error craso fue hacer el anuncio de una posible asesoría del experto Baltasar Garzón a la estrategia marítima. “Todavía estamos en la nebulosa. Lo de (Baltasar) Garzón demuestra la improvisación con la cual se maneja el tema marítimo. Debe haber celeridad”, dijo.
Armado Loaiza
Ex canciller
No existe capacidad diplomática en el país
El diputado de oposición Mauricio Muñoz considera que el Gobierno no tiene una política exterior clara. Protesta contra la posesión de embajadores, que, en su criterio, no tienen capacidad para un buen papel en el exterior. “Si queremos cumplir con la instructiva del presidente Evo Morales, debe haber gente capaz y preparada en historia, y leyes para llevar adelante la misión”.
Mauricio Muñoz
Diputado de CN
La tarea es también para legisladores y movimientos
La misión de difundir la estrategia marítima de Bolivia no sólo fue encomendada a los funcionarios del servicio exterior, sino también, a pedido del presidente Evo Morales, a los legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) y a los movimientos sociales afines a esa fuerza política.
Es una instrucción que construirá la demanda y concientizará a autoridades políticas y sindicales de países del exterior. Es el punto de vista del senador Adolfo Mendoza (MAS).
“Luego del anuncio de recurrir a tribunales (internacionales), lo mínimo que un boliviano debe hacer es difundir esta nueva posición. Ahora, nosotros, como autoridades legislativas, tenemos citas con colegas o personalidades de otros países y debemos transmitirles esta posición, es un deber”, dice el legislador.
Dentro del espectro de los movimientos sociales el sentimiento es el mismo. Incluso, según Felipa Huanca, dirigente de la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, ya existe respaldo a la demanda marítima boliviana. “Nosotros fuimos a Chile a hablar con hermanos de movimientos sociales. Entendieron la causa y logramos voces a favor de nuestra demanda”.
Estas posiciones no traerán resultados, en criterio del legislador de Convergencia Nacional Mauricio Muñoz. “Se debe priorizar el avance de la demanda jurídica, que a este paso creo que no tiene pies ni cabeza”, cuestiona el diputado.
Mendoza es cauto sobre los anuncios de la demanda jurídica, ya que se estaría anunciando a Chile las estrategias planteadas para lograr un resultado a favor en tribunales internacionales. “Es un trabajo de la Dirección Marítima y no de nosotros”.
Iván Paredes es periodista
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