MURIÓ LA EX-PRESIDENTA LYDIA GUEILER
Miliciana. La ex presidenta fue jefa de los grupos de choque emenerristas del 52’
La Razón – 10 de mayo de 2011
A Lydia Gueiler Tejada sobre todo se la recuerda por ser la primera y hasta ahora única presidenta del país. Designada por sucesión constitucional, fue la mujer dirigente tipo del nacionalismo revolucionario del complejo siglo XX boliviano.
Nacida en Cochabamba en 1921, comenzó a militar en el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) a los 27 años, desde 1948. Un hecho que anunciaba a la futura dirigente del MNR fue la huelga de hambre que junto a 26 mujeres, “madres, esposas e hijas de los presos y confinados” emenerristas, llevó adelante en abril de 1951, cuando exigieron la amnistía política para sus compañeros.
Fue una huelga de ocho días que culminó con la liberación de los detenidos y la convocatoria a elecciones en mayo de 1951, en las que ganó el MNR, aunque luego fueron desconocidas por el régimen de Mamerto Urriolagoitia.
“Es indudable, como la propia prensa rosquera lo reconocía, que la huelga de hambre, exitosamente realizada, contribuyó decisivamente al triunfo electoral del MNR. Permitió a la ciudadanía el goce transitorio de las libertades democráticas”, escribe en su libro La mujer y la Revolución.
‘Jefe’. Pero si hay algo en lo que coinciden los historiadores al retratar a Lydia Gueiler Tejada en la época de la Revolución Nacional es haber sido la jefa del directorio de los denominados “grupos de honor y seguridad”, organización militar cuya mayor consigna era “encender la chispa de la insurrección” en los días de 1952.
Eran 23 grupos de honor (las milicias emenerristas) sólo en la ciudad de La Paz, como apunta la propia Gueiler Tejada en su libro, en cuyo directorio, de 11 miembros, ella figura como “jefe”.
Fueron grupos de milicianos que, por “su carácter absolutamente secreto”, en todas sus reuniones sus componentes iban enmascarados; grupos en que los explosivos, por ejemplo, eran cosa del día a día: “Eran momentos de gran trabajo, se necesitaban bombas, porque nosotros no contábamos con armas automáticas (...)”.
Definición. En un instante de reflexión, la jefa de los “grupos de honor” emenerristas daría testimonio, desde su experiencia, de lo que al final fue el 52: “Desde el primer instante me di cuenta de que realmente la Revolución es algo así como un tren en marcha, que va dejando pasajeros en cada estación. Éstos se quedan naturalmente en el lugar que su conveniencia personal les aconseja. Muy pocos revolucionarios de convicción llegan hasta el final (...)”.
Militante de la izquierda
Lydia Gueiler Tejada ejerció como diputada en las legislaturas de 1956 a 1960 y de 1960 a 1964. En 1963 se unió al Partido Revolucionario de Izquierda Nacional (PRIN) fundado por Juan Lechín Oquendo; militó en esta tienda política hasta la década del 70, cuando retornó a su partido de origen, el Movimiento Nacionalista Revolucionario. Fue exiliada a Chile por el gobierno de René Barrientos.
Aquella líder de las ‘barzolas’
Lydia Gueiler Tejada empezó su actividad política en un ambiente propicio: el de la pelea, a mitad del siglo XX, por los derechos políticos de las mujeres.
En agosto de 1948, por ejemplo, Etelvina Villanueva presentó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley “sobre los derechos políticos para la mujer... (que) se apoyaba en la experiencia positiva de la elección municipal, y en las recomendaciones emanadas de las Naciones Unidas”, recuerda la historiadora Ana María S. de Capra.
Para el historiador James Dunkerley (Rebelión en las venas), Gueiler Tejada era del bloque más bien “femenino”, antes que “feminista”.
Jefe de facto de las barzolas, “el papel de Lydia Gueiler fue ciertamente extraordinario, al mismo tiempo que representaba la hábil explotación de sus atractivos (había sido Miss Club Deportivo Aurora de Cochabamba) por parte del partido y de su ilimitada energía, en una sociedad claramente machista donde mujeres como ella sin lugar a dudas inspiran más admiración que repudio. Lydia Gueiler fue la única mujer que impuso su sello en los escalafones superiores del MNR, como cabeza de la sección más ‘femenina’ que feminista. Las esposas de los otros altos dignatarios siguieron dedicándose al rito tradicional de las buenas obras y a apoyar a sus esposos en ocasiones formales”.
Pese a los logros de la Revolución sobre los derechos de las mujeres, Gueiler tenía sus reservas. Falta, dijo, una “conciencia general” en las mujeres para exigir una real “igualdad de oportunidades”; la condición laboral de las mujeres aún es desventajosa para pensar en su superación; y todavía no se hace carne de principios democráticos que permitan el desarrollo femenino.
Breve crónica de los hechos de 1980
Un día antes del golpe de julio de 1980, el 16, la presidenta Lydia Gueiler Tejada encabezó el desfile por el 171 aniversario de la Revolución de julio de 1809.
A las 15.45, según refiere la crónica periodística (periódico Presencia), la Presidenta bajó del palco del Palacio de Gobierno y cruzando la plaza, en solemne acto, encendió la Tea de Murillo; le acompañaba el alcalde de La Paz de entonces, Raúl Salmón.
Al día siguiente, el jueves 17 por la mañana, se informó de un movimiento militar en Trinidad, Beni; las Fuerzas Armadas controlaban esa ciudad.
Hacia la 11.00 se daba cuenta que en Santa Cruz, el Segundo Cuerpo de Ejército, en coordinación con la Fuerza Aérea, había tomado el control de aquella ciudad. Poco después, similar información (de movimiento militar) provino de Cochabamba.
La Paz. Hasta mediodía, en la ciudad de La Paz aún no se había producido movimientos de tropas. El gabinete de la presidenta Gueiler se hallaba reunido en el Palacio y, según las noticias propagadas desde este edificio gubernamental, dirigentes de la UDP habían citado a la Primera Mandataria para pedir su intervención frente a los acontecimientos que se desarrollaban en el país.
Hacia el mediodía, finalmente, fue ocupada la sede de la Central Obrera Boliviana y fueron detenidos sus principales dirigentes. Se escucharon disparos de armas de fuego, lo que obligó a los transeúntes a huir de las inmediaciones del edificio ubicado en la avenida 16 de Julio.
Los hechos se sucedieron vertiginosamente. Otra fuerza tomó el Palacio de Gobierno, y sucesivamente los militares fueron controlando la situación. El viernes 18, la Junta Militar dispuso la cesación de toda actividad pública y privada. (periódico Presencia, 23 de julio de 1980).
De armas llevar y de tiempos difíciles
Emenerrista
La ex presidenta juró al partido a los 27 años
-Lydia Gueiler Tejada estudió en el Instituto Americano de su ciudad natal y obtuvo el título de contadora general. En 1948 juró al Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); organizó los ‘grupos de honor’ que, según sus memorias, serían clave para la Revolución de 1952.
Huelga de hambre
Ocurrió en 1951 y sus protagonistas fueron mujeres
-El 20 de abril de 1951 empezó una de las huelgas de hambre decisivas para la insurrección de abril de 1952. Pidiendo amnistía para sus compañeros presos y confinados, 27 mujeres se lanzaron a la medida, que duró ocho días. A la cabeza estaba Gueiler.
Diputada por primera vez
Entre los 50 y 60 fue diputada ocho años
-La ex primera mandataria del país fue tres veces congresista: en el periodo comprendido entre 1956 y 1960, entre 1960 y 1964, o sea, ocho años de parlamentaria; y desde 1978 hasta julio de 1980; en este último periodo ejerció como presidenta de la Cámara de Diputados.
Alejamiento
Gueiler también militó en el PRIN
-En el año 1963 la ex presidenta se unió al Partido Revolucionario de Izquierda Nacional (PRIN), fundado por el legendario dirigente sindical Juan Lechín Oquendo; militó en este partido hasta la década del setenta, cuando retornó a su origen, el MNR.
Puedes ver también el siguiente: REPORTAJE ESPECIAL – LUTO NACIONAL
…un militar intentó asesinar a la presidenta y, el 17 de julio de 1980, García Meza junto a Luis Arce Gómez, ambos presos en la cárcel de Chonchocoro, la derrocaron en un cruento golpe apoyado por políticos y militares de regímenes anteriores. En los últimos años, Gueiler vivió con pocos contactos públicos por su salud y avanzada edad.
Ayer en la madrugada falleció la ex presidenta Lidia Gueiler Tejada, hasta el momento la única mujer que ocupó la primera magistratura del país, quien, además, fue parte destacada de la historia nacional en determinados aspectos de trascendencia social. Su nombramiento como Presidenta Interina se originó en el fracaso del torpe golpe de estado del coronel Alberto Natush Busch, quien, acompañado de varios militares y miembros de partidos políticos como el Movimiento Nacionalista Revolucionario (mnr), derrocó a Walter Guevara Arce, también militante de una de las fracciones de este partido político, quien cumplía funciones de mandatario transitorio. Gueiler, nacida el 28 de agosto de 1921 y posteriormente casada con un paraguayo ex prisionero de la Guerra del Chaco, juró al mnr en 1948. En su vida política promovió la declaración del 11 de octubre como Día de la Mujer en Bolivia, en homenaje al natalicio de la poetisa y activista Adela Zamudio.
Entre otros actos que se le recuerda está el de participar activamente en las protestas contra la anulación de las elecciones en las que fue triunfador el jefe de su partido, Víctor Paz Estenssoro, en 1951, al final del conocido sexenio de gobernantes de la “rosca minero feudal”. Dos años después, luego de que resultara triunfante la insurrección del 9 de abril de 1952, poniendo en el poder a esta fracción, la dirigenta política fue acusada de intentar asesinar al líder de su partido. Al poco tiempo estuvo designada como diplomática en Europa. Desde 1956 a 1964 fue parlamentaria y luego cambió de grupo político para unirse a Juan Lechín Oquendo, en lo que se llamaba Partido Revolucionario de la Izquierda Nacional (prin). A partir de esas experiencias continuó en la política y en 1979 estaba en las funciones de Presidenta de la Cámara de Diputados cuando sobrevino el cuartelazo de Natush, el 1 de noviembre de ese año. Después de 17 días de intentar mantenerse en el Palacio Quemado, el militar dejó sus aspiraciones con un saldo de, por lo menos, una centena de muertos, decenas de desaparecidos y muchos heridos.
El Congreso Nacional se reunió y entregó el mando a Gueiler, quien resistió a los pocos días un “mini golpe de estado”, protagonizado por el ahora preso Luis García Mesa, quien insistió en el cambio del Alto Mando Militar de la mandataria, exigencia aceptada por la debilidad de la estructura de gobierno. En diciembre, la presidenta emitió un decreto para la devaluación del dólar estadounidense, como uno de los primeros indicios del descalabro económico generado en las administraciones dictatoriales de Hugo Banzer, Juan Pereda y Natush. Durante el régimen Gueiler se vivieron hechos funestos como el asesinato del padre Luis Espinal a manos de paramilitares organizados desde antes, por otra parte, el sabotaje a la nave en que viajaban dirigentes del frente Unidad Democrática y Popular (udp) en campaña de elecciones. En uno de esos episodios, un militar intentó asesinar a la presidenta y, el 17 de julio de 1980, García Meza junto a Luis Arce Gómez, ambos presos en la cárcel de Chonchocoro, la derrocaron en un cruento golpe apoyado por políticos y militares de regímenes anteriores. En los últimos años, Gueiler vivió con pocos contactos públicos por su salud y avanzada edad.
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